Los españoles descendientes de familias con bajos ingresos podrían tardar hasta cuatro generaciones en alcanzar el nivel de ingresos medio, según alerta un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) que ahonda en las oportunidades de los ciudadanos de diferentes países del mundo de "escalar" su posición económica. En este sentido, el informe destaca que, de forma general en todos los países que conforman la OCDE, el "ascensor social" está "averiado" pues, mientras las personas que provienen de familias que se encuentran en lo más alto del nivel de ingresos permanecerán en lo alto, la gente con menos ingresos tiene que luchar por ascender hasta un nivel de renta medio. En el caso de España achaca la dificultad para subir posiciones a la elevada tasa de abandono escolar y al paro de larga duración.

En el caso de las personas en la zona intermedia de este ranking social, esta posición se enfrenta a un mayor riesgo de caer en la zona de ingresos bajos e incluso pobreza que de ascender hacia los niveles más altos. Según la OCDE, esto conlleva unas consecuencias económicas, sociales y políticas "dañinas" pues supone que mucho del talento registrado en los niveles inferiores de esta escala se malgasta, lo que se traduce en una pérdida de oportunidades de crecimiento económico.

En concreto, en el caso español, la OCDE asegura que hay una idea extendida de que las fortunas y ventajas de los padres juegan un papel fundamental en la vida de las próximas generaciones ya que un 53% de los encuestados señaló que la educación dada por los padres es un rasgo "importante" para la vida de sus descendientes. Esta percepción se muestra en España de forma más acusada que en otros países y registra el segundo nivel más alto entre los países de la OCDE, de los cuales el 37% asegura que la educación de los padres es importante.

Asimismo, el documento revela que los ciudadanos son "pesimistas" en torno a sus oportunidades de mejorar su situación financiera. En este sentido, solo el 25% de los españoles tenían esperanzas de que su situación financiera mejorase en el año analizado. No obstante, el estatus económico de los españoles está menos relacionado con el de sus progenitores que en otros países y se muestra en un nivel similar que el del conjunto de países de la OCDE.

Teniendo en cuenta la movilidad de una generación a otra, así como el nivel de desigualdad, los datos de países como Portugal, Irlanda, Reino Unido, Estados Unidos, Italia, Austria, Francia y Alemania muestran que llevaría entre cuatro y seis generaciones a aquellas personas de bajos ingresos para alcanzar un nivel de renta medio.

En el caso español, el informe señala que tanto los hijos de familias pobres, como los de familias ricas, se mantienen en las posiciones sociales de sus progenitores, aunque lo hacen en menor medida que los demás países de la OCDE. Así, el 28% de los hijos españoles cuyos padres tuvieron ingresos bajos acaban teniendo igualmente un nivel bajo de ingresos, frente al 31% de los hijos de padres pobres de la OCDE que mantienen esa posición. Por el contrario, el 34% de los descendientes de familias ricas consiguen llegar a un nivel alto de ingresos, frente al 42% de los hijos de familias ricas en los países de la OCDE que mantienen la posición de sus padres.

En el plano educativo, en España, el 69% de los hijos de padres con alto nivel educativo completan algún tipo de educación superior, frente al 22% de los hijos de padres con un nivel educativo bajo. Asimismo, el 56% de los hijos de padres con un nivel educativo bajo tendrán tendencia a mantener un nivel bajo de educación, comparado con el 42% de la media de los países de la OCDE.

En este sentido, el estudio asegura que España está por detrás de otros países en términos de educación -la tasa de abandono escolar sigue siendo una de las más altas de la UE- y además, el informe destaca que la falta de movilidad en los niveles bajos de renta en España se debe a la gran cantidad de paro de larga duración y a la existencia de contratos cortos.