Antes de que acabase agosto, ya estaba el equipo directivo del IES de Teis, en Vigo, encabezado por el director del centro, Luis Vilán, poniéndose al día de las convocatorias y resoluciones publicadas por la Consellería de Educación durante el verano. Les afectan muchas, porque, como explica este docente en los albores de su segundo período en el cargo -de cuatro años, como los políticos-, "tienen de todo", desde ESO a FP, y alumnos de 12 a 50 años, lo que convierte al centro en un reflejo de la "riqueza de la sociedad", y de su complejidad.

La semana que entra es la de "mayor carga" del año, porque hay que tenerlo todo a punto, acabar el proceso de admisión -ahora van por 800 matriculados- y ajustar horarios. En un centro como el que dirige este licenciado en Economía y Empresariales, doctorado en Informática y docente desde 1991, eso significa cuadrar los movimientos por aulas y laboratorios de 45 grupos de alumnos y 98 profesores y hacerlo en un contexto, dice, con la "dificultad" añadida de los “plazos tan ajustados del calendario escolar”. Sin olvidar gestionar las prácticas con las empresas, recibir a 33 profesores nuevos...

En realidad, el trabajo de organizar el siguiente curso, comenta, comienza ya en febrero, con el proceso de admisión del alumnado que viene de la ESO, y llega casi hasta el momento en que el día 17 abrirán las puertas, ya con todo limpio y listo para "levantar el telón" y que no se note todo el trabajo que hubo detrás. Este año, además han tenido la "singularidad" de combinar los procesos de matrícula, exámenes y revisión y puesta al día de los equipos -tienen 400 ordenadores, por poner un ejemplo de los números con los que funcionan- con grandes obras de renovación del centro. En ese contexto se complica su labor, porque, cuenta, un director es "responsable de todo lo que sucede en el centro". Aunque delegue funciones, un director, proclama, "es director todo el día" y, además de coordinar, sirve de enlace entre la administración y la comunidad educativa. De ambas asegura recibir apoyo. “No me siento solo en la dirección”, afirma. ¿Y qué pasa con la burocracia? "No sé si es excesiva, porque en estos tiempos debemos tener todo muy regulado; a veces la idea feliz o la improvisación no se ajusta a la realidad jurídica", alega.