La atención a las personas dependientes que sufren algún tipo de demencia le cuesta a la economía gallega al menos 600 millones de euros, el equivalente al 1% de su Producto Interior Bruto (PIB), cifra resultante de la suma de factores directos -los fondos públicos y familiares- e indirectos -como la pérdida de horas de trabajo y, por tanto, de sueldo de familiares que reducen su actividad o la abandonan-. Y el impacto no dejará de crecer en una sociedad como la gallega, en la que una de cada cuatro personas cuenta al menos 65 primaveras en su periplo vital.

La repercusión de la dependencia, en general, y de las demencias, en particular, alcanza tal envergadura que en una década la cifra de personas dedicada al cuidado de estos enfermos pasó de 122.158 en 2007 a 144.539 el año pasado, según el Instituto Galego de Estatística (IGE).

Ante un fenómeno como este, radiografiar con mayor exactitud la situación de cuidadores -formales e informales- y de la dependencia, con especial atención a las demencias, con una coste de atención superior, es determinante para dotar de eficiencia las actuaciones de la administración. Así lo expuso ayer el profesor Melchor Fernández, del Grupo de Análise e Modelización Económica (GAME), integrado en el Instituto Universitario de Estudos e Desenvolvemento de Galicia (Idega) de la Universidade de Santiago (USC) durante las jornadas Envejecimiento y demencias neurodegenerativas en Galicia, organizado por el Consello Económico-Social (CES).

Costes indirectos

"Faltan datos sobre estas cuestiones y es muy complicado obtener cifras exactas sobre, por ejemplo, los costes de oportunidad. Pero, en general, como poco supone el 1% del PIB anual", explica Fernández, que recuerda que el cuidado de un paciente con demencia oscila entre los 26.000 y los 40.000 euros anuales, entre costes directos e indirectos, pero depende de las horas de cuidado necesarias en cada caso.

En una atención de ocho horas diarias, los costes indirectos suponen 14.600 euros de una factura final de 26.000, por 8.800 de los sociales, 1.800 de los sanitarios y 800 de ayudas técnicas. En el caso de dieciséis horas, el profesor Melchor Fernández estima que solo varían los indirectos, que se elevan a 29.200.

La jornada estaba dirigida a los miembros del CES para que profundizar en el "impacto social y económica que tienen las demencias" en una comunidad tan envejecida como la gallega, como explicó ayer la presidenta del organismo. Corina Porro. Esta considera que esa problemática debe situarse entre las preocupaciones "de primer nivel" para incidir en ella en los informes y dictámenes del organismo consultivo.

Por su parte, el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, destacó la necesidad de una "atención multidisciplinar" los pacientes con demencia que obliga a una coordinación entre la red de recursos sociales y sanitarios.

Vázquez Almuíña señaló la Atención Primaria como el ámbito clave para establecer un servicio "integral" a este colectivo y para la detección precoz de las enfermedades.