La Audiencia Provincial de Madrid responsabiliza de forma "incontestable" al doctor Eduardo Vela -primer acusado que se sienta en el banquillo por un caso de bebés robados- del robo de una recién nacida en 1969, pero le absuelve de los delitos que se le imputaban - detención ilegal, suposición del parto y falsedad documental- ya que han prescrito. La sentencia conocida ayer establece que el inicio de la prescripción se produjo en 1987, cuando la denunciante Inés Madrigal cumplió la mayoría de edad, y terminó 10 años después. Desde las asociaciones de afectados como SOS Bebés Robados Galicia se mostraban ayer "sorprendidos" y "cabreados" con la sentencia. "Sabíamos que Inés no lograría que le dijesen quienes habían sido sus padres biológicos pero al menos creíamos que el doctor Vela iría a la cárcel", señalaba ayer la presidenta de esta entidad, Estrella Vázquez.

Vela fue director de la clínica San Ramón, considerada el epicentro del entramado del presunto tráfico de niños. En la vista oral, el acusado negó los delitos, pero las magistradas consideran al acusado autor de los tres delitos tras quedar probado "de forma incontestable" en el juicio que el doctor Vela entregó al matrimonio formado por Inés Pérez Pérez y Pablo Madrigal Revilla, a una niña que no era suya. En concreto, como recoge la sentencia, "una niña de pocos días de edad fuera de los cauces legales, simulando la existencia de un parto que no se había producido y estableciendo una filiación falaz, y todo ello sin que conste que hubiera mediado consentimiento ni tan siquiera conocimiento por parte de los progenitores del recién nacido, siendo el acusado, la persona que hizo la certificación acerca del supuesto parto de Inés Pérez Pérez".

Pese a quedar probado que esta trama que permitió a los padres adoptivos registrar a la niña como biológica, los jueces le absuelven al considerar prescritos los delitos. Los jueces señalan en su escrito que el delito de detención ilegal (el más grave de los tres que se imputaban al ahora absuelto) comienza a prescribir cuando la supuesta víctima alcanza la mayoría de edad ya que se supone que "puede ejercitar su libertad de modo independiente, sin precisar del auxilio de sus tutores". En el caso de los otros dos delitos la prescripción habría sido mucho antes.

Pero esta sentencia choca con otra sección de la propia Audiencia de Madrid que en 2016 había desestimado un recurso del doctor Vela al considerar que los delitos no habían prescrito.

La Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares asegura que hay 300.000 casos en España de niños robados nada más nacer, entre 1940 y 1990. En el caso del doctor Vela fue Inés Madrigal, niña robada, quien consiguió llevarlo al banquillo. Inés descubrió en 1987, cuando cumplió 18 años, que era adoptada o al menos eso le comentó su madre, quien finalmente en 2010 le confesó toda la verdad: había sido un "regalo" del doctor Vela a sus padres. La trama sobre este robo salpica también a la Iglesia ya que la primera persona sobre la que un juez abrió diligencias por un caso de bebés robados fue a sor María, que trabajó junto a Vela en el sanatorio San Ramón y que falleció tres días después de ser llamada a declarar en 2013.

Madrigal reconocía ayer tener una sensación "agridulce" ya que por primera vez se reconoce que fue arrebatada a su madre biológica pero siente decepción al saber que los hechos están prescritos.

Desde SOS Bebés Robados se muestran indignados pero "no desanimados" a seguir con la lucha para que se conozca la verdad aunque teme, eso sí, que si la justicia no responde adecuadamente "haya afectados que tomen la ley por su mano". Pese al recurso ante el Supremo se muestra pesimista: "Creo que se va a librar de la cárcel".