La agencia espacial rusa Roscosmos trabaja contra el reloj para establecer las causas de la avería que provocó el lanzamiento fallido de nave Soyuz MS-10, del que salieron ilesos sus dos tripulantes, el ruso Alexéi Ovchinin y el estadounidense Nick Hague, y ya ayer informó de que hubo una "colisión" entre la primera y la segunda etapa del cohete.

"Aún no hay hipótesis definitivas. Lo que está claro es que la causa directa fue una colisión de un elemento lateral, parte de la primera etapa (del cohete). Al separarse, de hecho, se produjo un contacto entre la primera y segunda etapa", afirmó el director ejecutivo de Roscosmos, Serguéi Krikaliov, quien explicó que se espera que la comisión gubernamental que investiga el accidente ofrezca los primeros resultados el próximo día 20.