Ante unas 70.000 personas congregadas en la plaza de San Pedro del Vaticano, el papa Francisco proclamó ayer santa a Nazaria de Santa Teresa de Jesús March, que aunque nació en España en 1889, realizó toda su labor en Bolivia, y que está considerada la primera santa boliviana, además de conocerse por su labor con los más necesitados en las Villas argentinas.

Francisco utilizó como es habitual la formula en latín para proclamar la santidad de esta religiosa fundadora de la Congregación Misioneras de la Cruzada Pontificia y pedir que fuese inscrita en los libros de los santos de la Iglesia. Santa Nazaria, como se la conocerá ahora, fue canonizada junto al arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero, y Pablo VI, que como recordó en su homilía el Papa, pusieron su atención en los pobres.

Durante la ceremonia de ayer también se celebraron las canonizaciones los sacerdotes italianos Francesco Spinelli, Vincenzo Romano y el laico Nunzio Sulprizio y de religiosa alemana María Katharina Kasper.

La ceremonia comenzó con el nuevo prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Becciu, que acompañado de los postuladores de las causas de los siete santos presentó a Francisco la petición de canonización y leyó una pequeña biografía de cada uno. Por parte de Nazaria se presentó la postuladora María Jesús de Miguel.

La proclamación de la santidad fue recibida con un gran aplauso en la Plaza de San Pedro donde hoy se congregaron cerca de 70.000 personas y delegaciones de varios países. En representación de España acudieron al Vaticano la reina Sofía y el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao Cabrera, entre otros.

La monja fue beatificada en 1992 por el papa Juan Pablo II y en enero de 2018 Francisco aprobó el decreto con el que se reconocía el milagro para poder ser canonizada.

El milagro elegido para subir a los altares a madre Nazaria fue el de la curación de una hermana de su congregación, María Victoria, que en 2010 sufrió un derrame cerebral que la dejó sin habla pero la recuperó "milagrosamente" cuatro días después y que hoy estuvo en la ceremonia. Algunas de las hermanas de la congregación llegaron hasta Roma para difundir la historia de Nazaria, una religiosa profundamente volcada con los derechos de la mujer y que fundó un sindicato para las trabajadoras, así como la "olla de los pobres", comedores para dar de comer a los más necesitados. Entre ellas se encontraba Delia Báez Espínola, que trabajó con el arzobispo Jorge Mario Bergoglio en la Villa 17 de Buenos Aires y que explicó que el ahora papa Francisco celebraba ya el día de Nazaria y en sus homilías decía "aquí ha taconeado una santa". Aunque santa Nazaria, nació en el centro de Madrid y se educó en Sevilla, los bolivianos la reivindican como "la primera santa" de su país, ya que la mayor parte de su vida la pasó en Bolivia. Por ello, como concelebrantes en la misa de ayer estuvieron el obispo de Potosí, Ricardo Centellas, y el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro.

En la ceremonia de ayer, Francisco elevó también a los altares al arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero, asesinado en marzo de 1980 mientras oficiaba misa. El ya conocido como "San Romero de América", voz de los pobres y los oprimidos, fue canonizado en una ceremonia en la que también elevó a los altares a otros seis beatos, entre ellos el papa Pablo VI y la monja nacida en España Nazaria Ignacia March, que realizó toda su labor en Bolivia. Para la ocasión y como homenaje al arzobispo, el Papa llevó el cíngulo -el cordón con borlas que se ata a la cintura- aún manchado de sangre que portaba Romero cuando fue asesinado por un comando de un disparo en el pecho el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba misa en el hospital de enfermos de cáncer La Divina Providencia, de la capital salvadoreña.