Horas después de que los centros escolares y las calles de toda Galicia se llenasen, coincidiendo con la víspera de la celebración cristiana de Día de Difuntos, del humor negro y pagano de Halloween, el obispo de la diócesis de Ourense, Leonardo Lemos, se mostró muy crítico con esta fiesta americana durante su intervención en uno los cementerios que visitó en la ciudad.
Tras las plegarias y oraciones en recuerdo a las personas fallecidas allí enterradas, y en presencia de muchos de los familiares de los finados, el prelado ourensano aprovechó para dedicar duras palabras contra aquellos que "les están descubriendo a nuestros niños que la muerte es una caricatura, que la muerte es algo repugnante, que con la muerte se puede hacer broma o chiste", indicó en clara referencia a la importada celebración de Halloween, y su apartado comercial y festivo, que cada víspera del día de Difuntos llena las calles de vecinos y vecinas, cristianos o no, disfrazados de personajes de ultratumba.
"La muerte es algo muy serio, es un acontecimiento que se mete en el corazón del ser humano y cuando se produce la muerte de un ser querido, se nos rompe todo", continuó Leonardo Lemos.
"¿Quién puede reírse de la muerte? Estamos viviendo en una sociedad en la que se hace espectáculo de la muerte y del morir humano. No hagamos nosotros lo mismo, la muerte es algo muy serio. Para vosotros y para mí, que somos hijos de Dios, y tenemos fe la muerte es la puerta a la eternidad", exclamó el obispo dirigiéndose a los fieles allí presentes.
Sin pronunciar en ningún momento el nombre de esa fiesta lúdica y pagana que llena las calles de risas y rostros satánicos y muertos vivientes, el obispo hizo un ruego para que "enseñemos a nuestros niños y jóvenes a descubrir que, detrás de la losa fría de un sepulcro donde dejamos los despojos mortales de uno de nuestros seres queridos, se siembra la semilla de la inmortalidad; eso creemos y esperamos y de esa inmortalidad y semilla brotan la santidad de cada uno de los nuestros cuya fiesta hoy celebramos".
