Multitud de curiosos se concentraron durante toda la mañana y buena parte de la tarde de ayer tanto en el Paseo de la Dársena como en los alrededores del Náutico coruñés para seguir los preparativos de última hora de la boda de Marta Ortega y Carlos Torreta y, ya de paso, tratar de fotografiar a los protagonistas del enlace y a su nómina estelar de invitados.

"Vengo desde Os Mallos para intentar ver a la novia", comentaba Matilde, móvil en mano. Junto a ella, María asentía con la cabeza: "Llevamos ya un buen rato de aquí y no paran de pasar coches con los cristales tintados de un lado para otro. Hemos oído que hay muchos famosos en el Hotel Finisterre. A ver si podemos hacerle una foto a alguno". Estrella, vecina de la avenida de Arteixo, también confiaba en poder captar con su teléfono alguna instantánea de los contrayentes o sus familiares: "Tenía que hacer unos recados por la zona y decidí acercarme al ver que había tanta gente por aquí. Ojalá podamos ver a la novia".

Se quedaron con las ganas. Tanto los novios como Amancio Ortega y Flora Pérez durmieron ya en la casa familiar de O Parrote, a donde a lo largo de la mañana fueron llegando los invitados, en su mayoría familiares, que asistieron a la ceremonia civil. Uno de los primeros en acceder al inmueble fue el exdirector general de Inditex, Juan Carlos Rodríguez Cebrián, acompañado de su hijo. Pocos minutos más tarde, llegaría su esposa, Lola Ortega, sobrina del fundador de Inditex. Familiares de Flora Pérez y el padrino de Carlos Torreta, el conocido interiorista Pascua Ortega, figuraron también en el selecto grupo de elegidos para asistir al esperado sí quiero. Los últimos en acceder al inmueble fueron los padres del novio, Roberto Torretta y Carmen Echevarría, y su única hermana, María, acompañada de su esposo, Jaime Rey, y su hija Catalina. El notario Francisco Manuel Ordóñez, amigo personal de Amancio Ortega y oficiante de la boda, entró directamente al garaje de la vivienda en un coche con los cristales tintados.