Son muchos los factores capaces de generarnos tensión: el trabajo, la pareja, los amigos, etc., y la sensación es muy incómoda. Este estrés se acompaña de síntomas desagradables que son los que suelen llevarnos a la consulta del médico. Es curioso que acudamos por sentirnos "raros" sin percatarnos, hasta que el especialista nos lo dice, de que se pueden deber a la tensión nerviosa acumulada.

No siempre se relaciona la ansiedad nerviosa con los síntomas que planteamos al médico. Muchos pacientes se quejan de problemas musculares o dolores de cabeza, por ejemplo, que son resistentes a los fármacos específicos para dichos trastornos, pero que mejoran cuando se aplican métodos asociados al tratamiento de la ansiedad. Cualquier decisión debe ser tomada por el médico, pues es el único capacitado para el diagnóstico y tratamiento de la patología que padecemos.

A nivel del estrés y de la ansiedad, existen muchos medicamentos de uso habitual que resultan adecuados y se denominan, de manera general, ansiolíticos. No deben ser consumidos sin que sean prescritos por el especialista, pues presentan muchos efectos secundarios que podrían resultar incluso peligrosos.

Es importante comprender que no podemos acudir a cualquier remedio (ni siquiera a los denominados "naturales") que nos haga sentir mejor. Es imprescindible consultar al médico para evitar problemas de salud que pueden llegar a ser graves. También en este grupo de compuestos se presentan efectos secundarios, contraindicaciones, etc. que pueden afectarnos negativamente.

La fitoterapia propone varios remedios "naturales" para tratar el estrés y la ansiedad, entre los que destacaría el espino albar por sus propiedades específicas. Pero debes tener cuidado, pues, aunque presenta muchas ventajas, puede resultar peligroso si no se siguen las indicaciones del especialista.

El Crataegus monogyna crece en varios puntos del planeta incluso en jardines públicos y privados por ser un árbol muy bonito con flores blancas y frutos rojos que resultan muy agradables a la vista. Pertenece a la familia de las Rosáceas y se conocen unas 200 especies que se denominan, genéricamente, espinos.

En la antigüedad se consideraba que alejaba a los espíritus y se colocaba en las cunas para proteger a los bebés de los dioses malvados que deseaban atacarlos. Sus flores se usan desde hace muchos años para el buen funcionamiento del corazón. Se preparaban en infusión o maceradas en alcohol y se creía que prevenían la aparición de infartos y arritmias. Sus frutos se utilizaban (y aún se hace) para eliminar la grasa acumulada en el organismo, como coadyuvante de las dietas de adelgazamiento.

En su composición química destacaría la presencia de minerales (calcio, fósforo, magnesio, potasio, etc.), flavonoides (betacarotenos, rutina), taninos, ácidos (cafeico, linoléico), vitaminas (grupo B y C), etc.

Sus propiedades se relacionan con los principios activos que forman parte de la planta:

-Ansiolíticas para tratar el insomnio y la ansiedad.

-Antioxidante por la vitamina C.

-Antidiarreico por su capacidad astringente debido a los taninos.

-Regulador de la presión arterial por su contenido en minerales y flavonoides.

-Para el dolor de cabeza por los flavonoides y minerales.

Las formas de administración son variadas. Puedes encontrarlo en forma de infusión, tintura, jarabe, polvo seco en comprimidos, etc. Es mejor elegir una formulación en la que se presente solo, como único compuesto, aunque hay preparados con mezcla de varias plantas de efecto similar (como la valeriana, por ejemplo). Consulta a tu médico antes de elegir el preparado más adecuado a tu situación.

En dosis adecuadas no suele causar problemas, aunque se han descrito vómitos, sudoración excesiva, hipotensión, cansancio, etc. Cuidado porque dosis elevadas o un consumo a largo plazo pueden afectar al corazón, sobre todo si se combinan con tratamientos para la hipertensión y para enfermedades cardíacas. Tampoco puede usarse junto a compuestos ansiolíticos ya sean naturales o no, pues puede potenciar exponencialmente su actividad relajante. No se recomienda su consumo en embarazo o lactancia.

La intoxicación con espino albar cursa con sedación, disnea y temblor. Si observas alguno de estos síntomas, acude al médico.

Es imprescindible consultar en cualquier caso a tu médico si puedes consumirlo, pero, especialmente si padeces alguna cardiopatía, no debes tomarlo sin su conocimiento y consentimiento ya que puede resultar peligroso. De manera general, es importante indicar que puede provocar somnolencia, por lo que debes ser cuidadoso si manejas maquinaria pesada o conduces.