El término taurina ha pasado a formar parte de nuestro vocabulario habitual porque forma parte de un grupo de bebidas que cada vez se consumen en mayor proporción. A nivel químico podemos indicar que es un aminoácido que se sintetiza a partir de la metionina y la cisteína. Su función parece relacionada con la formación de la bilis y se considera que está presente en los músculos, ojos, cerebro, corazón, etc.

La capacidad de los mamíferos para sintetizarla es limitada, por lo que puede ser necesario adquirirla a partir de los alimentos en los que se encuentra presente para poder alcanzar la cantidad diaria recomendada. Las fuentes naturales donde podemos encontrarla son: la carne, los huevos, productos lácteos, la leche materna y el pescado. Es importante destacar que no se encuentra en los vegetales y que tampoco las legumbres la contienen (pero sí tienen metionina y cisteína que son necesarias para sintetizarla).

Se le atribuyen varias funciones entre las que podríamos señalar que: actúa como neurotransmisor (favoreciendo la coordinación de la actividad neuronal), es antioxidante (nos protege de los daños causados por los radicales libres), mejora la digestión de las grasas, protege a las células retinianas de los efectos nocivos de la radiación solar, participa en la regulación del equilibrio hídrico, ayuda a estabilizar el ritmo cardiaco, fortalece la musculatura del corazón, regula la hipertensión arterial y participa en la reducción del colesterol. Se considera importante para el desarrollo de los recién nacidos (que la adquieren al criarse con lactancia materna) y para el crecimiento de niños y adolescentes.

Se ha incluido en diferentes alimentos y bebidas de uso habitual entre deportistas y en personas que quieren "aumentar su energía" (por ejemplo gominolas). Es frecuente encontrarla en la composición de las denominadas "bebidas energéticas o hipertónicas" (bebidas sin alcohol que contienen sustancias estimulantes y que ofrecen al consumidor el evitar o disminuir la fatiga y el agotamiento, además de aumentar la habilidad mental y proporcionar un incremento de la resistencia física). Estas bebidas están compuestas principalmente por cafeína, varias vitaminas, carbohidratos y otras sustancias naturales orgánicas como la taurina, que reducen la sensación de agotamiento de la persona que las consume. No se deben confundir con las bebidas isotónicas ni con otro tipo de bebidas como las gaseosas, ya que no se consideran bebidas hidratantes.

Parte de la sensación de bienestar producida por este tipo de bebidas se debería a un efecto energético que se produce por la acción de las sustancias psicoactivas que forman parte de su composición. Dichas sustancias actúan sobre el sistema nervioso central, inhibiendo los neurotransmisores encargados de transmitir las sensaciones de cansancio o sueño y potenciando aquellos relacionados con las sensaciones de bienestar y la concentración.

En una bebida energética de 250 ml suele haber unos 1000 mg de taurina. Tras la ingesta oral llega fácilmente a la circulación sistémica, aunque se ha comprobado que no se incrementan los niveles de taurina en el cerebro. Se cree que beber únicamente una de estas bebidas una única vez, no entraña un riesgo de toxicidad elevado para la salud. También indican algunos expertos que la inclusión de la taurina en bebidas energéticas no ejerce ningún efecto ni perjudicial ni beneficioso para el organismo.

Otros estudios señalan que los posibles beneficios derivados del consumo de taurina no están confirmados, aunque se ha asociado con: la protección del sistema inmunológico, la intervención en procesos del metabolismo relacionados con la captación de glucosa, la contribución a la función cognitiva normal, el mantenimiento de la función cardiaca normal, el mantenimiento de la función normal del músculo, etc.

Con este planteamiento no es fácil entender su inclusión en ningún tipo de alimento o bebida de consumo no controlado, ya que los datos no son concluyentes en el sentido de que aporte un beneficio directo y concreto a los consumidores. Pensar en que no tiene efectos tóxicos no puede convertirse en una percepción de que no es dañina, porque se han reportado casos de adolescentes intoxicados por el consumo de estas bebidas asociadas al alcohol. No es posible determinar que sea la taurina la única responsable de dicha situación, pero tampoco hay datos que indiquen que no lo es. Consulta a tu médico y no abuses de su consumo.