El Papa señaló ayer en su primer discurso en Abu Dhabi que "no hay violencia que encuentre justificación en la religión" al tiempo que defendió que las religiones no pueden renunciar a "la tarea urgente" de construir puentes entre los pueblos y las culturas. "Hay que condenar sin vacilación toda forma de violencia, porque usar el nombre de Dios para justificar el odio y la violencia contra el hermano es una grave profanación. No hay violencia que encuentre justificación en la religión", señaló Francisco.

El Pontífice hizo estas consideraciones en un encuentro con líderes religiosos, uno de los dos actos centrales de su breve visita de 40 horas a Emiratos Árabes Unidos. De este modo, recalcó que "nadie debe instrumentalizar la religión para justificar actos de homicidio o represión".

El Papa se trasladó junto al gran imán de Al-Azhar al Memorial de los Fundadores, un monumento nacional que conmemora la vida y la herencia del Jeque Zayed donde pronunció este discurso tras haberse reunido con los miembros del Consejo Musulmán de Ancianos en la Gran Mezquita.

En el encuentro interreligioso, manifestó que "no se puede honrar a Dios sin preservar el carácter sagrado de cada vida humana" al tiempo que señaló que "reconocer los mismos derechos a todos los seres humanos es glorificar el nombre de Dios". "Dios está en el origen de la familia humana. Él quiere que vivamos como hermanos y hermanas habitando en la casa común que él nos ha regalado. Todos tenemos la misma dignidad y nadie puede ser amo o esclavo de los demás", señaló durante su intervención.

Por ello, el Pontífice resaltó que "todo credo está llamado a superar la brecha entre amigos y enemigos para asumir la perspectiva del cielo que abraza a los hombres sin privilegios ni discriminaciones".

El viaje del papa Francisco culminó durante el día de ayer con la primera misa papal de la historia en Emiratos Árabes Unidos, un encuentro al que asistieron unos 135.000 católicos en la cuna del Islam. Se trató de un viaje de unas 40 horas, según informaron desde el Vaticano.