La organización ECA (Ending Clergy Abuse), una de las organizaciones de víctimas de abusos por parte del clero más activas -presente en más de 90 países- presentó ayer un compendio de 21 normas que a su juicio debería adoptar el Vaticano si de verdad quiere acabar con la pederastia y los obispos encubridores. En primer lugar, los miembros de ECA exigen que cualquier hombre del clero que haya sido encontrado culpable de cualquier tipo de agresión o abuso contra un menor, así como cualquier eclesiástico cómplice de mantener en secreto el caso sea "expulsado de su cargo y del oficio del sacerdocio de forma inmediata".

También instan a que la documentación e informes sobre las investigaciones canónicas relativas a los casos de abuso sean trasmitidas automáticamente a las instancias de la justicia ordinaria, lo que en la práctica supone el fin del secreto pontificio. Asimismo, piden que sean los órganos jurídicos de cada país los que se hagan cargo de las denuncias de abusos a menores.

También demandan al Vaticano que ponga en práctica las recomendaciones de la ONU que publicó un informe en 2014 en el que le exigía que "destituya de sus cargos y entregue a la policía a todos aquellos que sean culpables de abusos sexuales a menores".