La oferta pública de empleo en Galicia de este año será la más elevada desde 2008. La Xunta lanzará una OPE de 5.833 plazas, 147 más que las del año pasado. Sin embargo, con varios conflictos sacudiendo la sanidad gallega, las plazas en el Sergas se reducirán respecto a las del pasado ejercicio. Si el año anterior estas ascendieron a 1.461, este curso serán 1.323. Pero en verano sacará a concurso 347 plazas, sumando las convocadas el año pasado y este.

La OPE se completa con las ya conocidas 2.064 plazas en educacion y las 2.446 en el resto de servicios, si bien en estos se incluye el proceso de funcionarización de personal laboral, según avanzó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tras la reunión semanal del Consello.

Sanidade aplicará un cambio para tratar de contentar a los médicos, que rechazan sus propuestas para mejorar la atención primaria. Las oposiciones de este verano permitirán acceder a las plazas convocadas en 2018 y este año.

"La OPE de 2018 se estaba desarrollando y no estaba cerrada, por lo que convocaremos la oferta conjunta con la de este año para médicos de familia y pediatras", expuso Feijóo. De esa forma, este verano saldrán a concurso 347 plazas para atención primaria: 254 de médicos de familia y 93 de pediatría.

De esa cifra, 200 médicos de familica y 35 pediatras corresponden a la OPE de este ejercicio, en la que Feijóo destacó la apuesta por la atención primaria. "De 332 licenciados sanitarios, 200 corresponden a medios familia e 35 a pediatras. Dos de cada tres plazas de médico son para primaria", alegó.

Además, explicó sobre la reducción de plazas totales en la oferta sanitaria que "se sacan a concurso las plazas vacanes".

Mañana se cumplen diez años de la victoria del PP que permitió a Feijóo desplazar de San Caetano al bipartito. Cuando llegó, el Sergas contaba con 25.350 trabajadores sanitarios, cifra que creció en 1.160 hasta los 26.410 que en enero de 2018, últimos datos disponibles del Instituto Galego de Estatística.

Durante ese período, la crisis golpeó la economía mundial y causó que la Xunta llegase a manejar hasta 2.200 millones de euros menos que en 2009.