El matrimonio estadounidense que fue acusado de torturar, maltratar y mantener cautivos a sus trece hijos en la casa familiar en el sur de California ha sido sentenciado a cadena perpetua en una corte estatal. En una emotiva audiencia de sentencia celebrada el viernes en una corte de Riverside, tras declararse los progenitores en febrero pasado culpables de catorce cargos, David y Louise pidieron disculpas a sus hijos y les expresaron su amor.

Ambos agacharon la cabeza y se limpiaron las lágrimas mientras escucharon en la audiencia testimonios de algunos de sus hijos, quienes no fueron identificados en la corte y uno de los cuales reconoció que aún sufre de pesadillas, en las que ve cómo golpean y encadenan a sus hermanos. "Mis padres me quitaron toda la vida, pero ahora la estoy recuperando", dijo una de sus hijas.

Otros señalaron que aún amaban a sus padres y creían que todo lo que les hicieron era por el amor que les tenían, y por ello pidieron una sentencia no muy dura.