Alrededor de unas 2.300 familias distribuidas por toda Galicia tienen que acudir regularmente a sus hospitales de referencia para recoger un fármaco con el que medicar a sus parientes de más de 75 años afectados por una demencia. Y es obligatorio que se desplacen al centro hospitalario, sin importar el lugar de procedencia, porque el medicamento, por razones administrativas, no se despacha en las farmacias. Para poner fin a esta práctica, la Consellería de Sanidade aprobará en los próximos días una orden excepcional que permitirá que la quetiapina „siempre con receta médica„ se pueda dispensar en las boticas con el fin de evitar a los familiares los continuos viajes a los hospitales para retirar el medicamento.

La quetiapina no trata en sí las demencias en sus diversos tipos, sino que combate síntomas derivados de estas dolencias, como brotes psicóticos, agresividad o agitación, tanto moderada como grave, pero persistente. Su dispensación a través de las farmacias no está permitida ya que su tratamiento para personas con demencia no figura en su ficha de indicaciones, aunque su uso sí está extendido en la práctica clínica y con resultados probados. Se trata, por tanto, de una traba administrativa la que impide su distribución a través de la red de boticas ordinarias, quedando el suministro de este fármaco bajo competencia exclusiva a la farmacia hospitalaria.

Esto obliga, según los datos aportados por la Consellería de Sanidade, a que unas 2.300 familias tengan que acudir habitualmente a los hospitales de referencia para retirar la quetiapina. Y lo que se pretende es evitarles estos desplazamientos. Por eso, la previsión es que este mismo mes ya entre en vigor la orden que permitirá dispensar el medicamento en las farmacias.

El fármaco es un antipsicótico atípico con indicación autorizada para el tratamiento de la esquizofrenia, el trastorno bipolar y para terapias adicionales de episodios depresivos. Sin embargo, como entre sus efectos secundarios figura el incremento del riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares y mortalidad, además de detectarse un uso inadecuado, el Ministerio de Sanidad limitó su uso en 2005, impidiendo su venta en farmacias.

Entre sus indicaciones no figura el tratar los síntomas de las demencias, aunque en la práctica sí se usa para este mismo fin en hospitales cuando se considera que los posibles efectos secundarios son menores que el beneficio que reporta al paciente. "A pesar de no disponer de la indicación autorizada para el tratamiento de la demencia, en la práctica clínica la utilización de la quetiapina está extendida", argumenta Sanidade.

Ahora se da el salto a su distribución en farmacia, pero bajo receta médica, para los pacientes mayores de 75 años con algún tipo de demencia, cuando los fármacos habituales no den resultado y el paciente se muestre agresivo o psicótico o "ponga en riesgo a la propia persona o a los que le rodean".

La reforma de la Lei de Ordenación Farmacéutica de Galicia también prevé la posibilidad de que las farmacias distribuyan medicinas de hospital, aunque para su puesta en práctica aún falten unos años, ya que primero se debe aprobar la norma y luego desarrollar un reglamento. Sin embargo, la opción que ofrece la ley es la de regular la "colaboración" de las farmacias en situaciones excepcionales para dispensar medicamentos caros para dolencias muy graves y complicadas.