Tras la confirmación, ayer, de la víctima número mil de la violencia machista desde que en 2003 empezaron a registrarse estos crímenes, el Gobierno, los partidos políticos y los jueces mostraron su repulsa ante esta "cifra insoportable" y exigieron que no se permita "ni un paso atrás".

La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género confirmó ayer que el asesinato de Ana Lucía Silva, brasileña de 49 años, el pasado viernes en Córdoba fue un crimen machista, con lo que son 25 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año. Además, en las estadísticas oficiales que se registran desde 2003 figuran en investigación los casos de Romina Celeste, asesinada en Lanzarote a principios de año, y el de Lisbete, la joven de 29 años en Ayamonte (Huelva).

El asesinato de Ana Lucía elevó a mil la cifra de mujeres víctimas mortales de la violencia de género, lo que motivó que distintas instituciones del Estado hayan condenado este drama social y mostrado su compromiso por seguir luchando para su erradicación.

Nada más conocerse la confirmación oficial, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, afirmó en Twitter que "cada crimen duele" y "saber que hay mil víctimas" de la violencia de género "encoge el alma y debe hacernos reaccionar". "Son ya 1.000 las mujeres asesinadas por la #ViolenciaMachista desde que hay registro. Cada crimen duele, saber que hay 1.000 víctimas encoge el alma, debe hacernos reaccionar", escribió.

La vicepresidenta del Ejecutivo y ministra de Igualdad, Carmen Calvo, lamentó este nuevo crimen, que forma parte de "un goteo trágico, de una absoluta tragedia incompatible con el modelo democrático, donde las relaciones tienen que ser de respeto, convivencia y libertad". Calvo recordó que todos los partidos se comprometieron a trabajar "sin fisuras y de manera contundente" contra esta violencia, algo que se materializó en 2017 en el pacto de Estado. Y criticó que "la ultraderecha" trabaje para el "debilitamiento de esta lucha": "No va a haber punto de retorno en esto por mucho que la ultraderecha se empeñe y que los partidos de derechas sean incapaces de contener".

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, declaró en Twitter que cada nueva víctima es "un aldabonazo en nuestras conciencias: todo nuestro empeño y nuestro trabajo para que no haya #NiUnaMenos. #OsQueremosVivas". Para el Defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, estos mil asesinatos constituyen una "cifra intolerable que ninguna sociedad se puede permitir, una cifra insoportable y no permisible bajo ningún concepto".

Desde el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), su presidenta, Ángeles Carmona, calificó la cifra de mujeres asesinadas como "amarga e inasumible para cualquier sociedad", si bien insistió en que "es posible romper con las cadenas de la violencia".

"Quiero dirigirme a todas las mujeres que sufren violencia y a sus familias para recordarles que no están solas. Hemos avanzado mucho y no podemos dar ni un paso atrás. No vamos a bajar la guardia en ningún momento", subrayó, para insistir en la necesidad de "perseverar en las líneas de trabajo del Pacto de Estado de 2017".

Tanto desde el Partido Popular como desde Ciudadanos han incidido en la urgencia de avanzar en las medidas contempladas en el pacto de Estado.

Por su parte, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, exigió que los gobiernos "actúen con decisión y urgencia contra la violencia de género y el femicidio. #NiUnaMenos".