El brote de listeriosis causado por la carne mechada contaminada ha colocado bajo los focos el estado de la seguridad alimentaria en España, como ya lo hicieran en el pasado el caso del aceite de colza o las vacas locas. Los expertos, sin embargo, piden cautela ya que pese a que las alertas alimentarias están a la orden del día „España ha notificado una veintena a la UE sólo en agosto„, la mayoría no revisten demasiada importancia.

Pese a la preocupación que generan a nivel social este tipo de alertas, expertos y autoridades son unánimes: los niveles de seguridad son más altos que nunca y han mejorado de forma sensible en las últimas décadas, reduciendo el número de episodios y su mortalidad. Además, recuerdan que gracias precisamente a haber mejorado y protocolizado los controles también se detectan casos que antes ni siquiera se registraban.

Los datos apuntalan esta teoría: en Europa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se producen unos 23 millones de los 600 millones de casos anuales de intoxicaciones alimentaria en el mundo, y el número de muertes asciende a 5.000, de las cerca de 420.000 registradas a nivel global, lo que la convierte en la región con la tasa de decesos más baja por este motivo.

Sólo en España, en 2017 se detectaron unos 37.000 casos de infecciones relacionadas con la ingesta de alimentos y líquidos, y en el capítulo de defunciones los datos más recientes facilitados por el Centro Nacional de Epidemiología corresponden al acumulado 2004-2011, período en el que se observaron siete muertes de media por año.

"Puede haber un episodio como es el brote de listeria, pero son muy pocos los casos de intoxicación (...) Si se miran las estadísticas oficiales, los casos han ido bajando muchísimo en los últimos años", defiende la vicepresidenta de la Sociedad Española de Seguridad Alimentaria (Sesal), Carmen Vidal, quien incide en que los protocolos actuales a nivel europeo se basan en dar al propio fabricante la responsabilidad en seguridad, un sistema de autocontrol „que posteriormente valida la administración„ que ha hecho que los casos hayan caído "en picado". "Al final es la industria la principal interesada en que no haya problemas, ya que cuando una empresa pincha, queda tocada de por vida. Les va su supervivencia en ello", esgrime.

Para el experto en Seguridad Alimentaria Ángel Caracuel existen unas normas y controles muy estrictos, pero si hay empresarios "clandestinos" que no los cumplen, están los controles oficiales para detectarlos. "Es difícil llegar a todo", dice, pero lanza un mensaje de tranquilidad ya que los niveles de seguridad alimentaria "son muy altos".