Dolor, rabia y luto son solo tres de las palabras que resumen el sentimiento que tienen los vecinos de Valga y que ayer demostraron en una concentración silenciosa a las puertas del consistorio. Medio millar de personas, muchas con la cara desencajada por el dolor, guardaron un sepulcral silencio, solo interrumpido por el paso de los vehículos por la Nacional 550 que culminó con un extenso aplauso en recuerdo de las tres víctimas que ayer se cobró la violencia machista en el municipio.

Poco antes, el alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, presidió un pleno extraordinario de los que nunca gusta celebrar, como el mismo reconoció en el arranque de la sesión, un pleno extraordinario que se repite, por segunda vez este año en el municipio. La corporación accedió a un salón de plenos lleno de cámaras y vecinos unida, sin distinción de siglas y con un único distintivo que les unía, el crespón negro que todos lucían en la solapa. La voz cantante la tomó la edil de igualdade, Begoña Piñeiro, que dio lectura al acuerdo unánime al que llegaron las tres formaciones que tienen representación en la corporación: PP, PSOE y Valga Viva.

Ese manifiesto, en el que se condenaba la violencia contra las mujeres, decretaba tres días de luto oficial en memoria de Sandra y Alba Boquete Jamardo y de su madre, María Helena Jamardo, así como de todas las víctimas de violencia de género. También comunicaba que se suspendían todas las actividades municipales que estaban previstas para estas tres jornadas en señal de duelo por lo que califican como "el terrible asesinato de nuestras vecinas y en apoyo a todos sus familiares y allegados".

La corporación también realizó un llamamiento a toda la ciudadanía para que denuncie cualquier situación conocida de violencia de género con el fin de evitar nuevas víctimas.