La Guardia Civil detuvo a cinco personas vinculadas a la empresa Magrudis, entre ellos al gerente y a sus dos hijos, tras los registros de varias horas realizados por orden del juzgado de instrucción 10 de Sevilla, que investiga el brote de listeriosis detectado en agosto. A la espera de si la Guardia Civil determinaba que pasasen a disposición judicial o quedasen en libertad, los detenidos permanecían al cierre de esta edición en dependencias del Instituto Armado en Sevilla, después de que tres de ellos hubiesen sido trasladados a varios inmuebles que la jueza, Pilar Ordóñez, ordenó registrar.

Tres de los cinco detenidos son el gerente de la empresa, José Antonio Marín, y sus dos hijos, uno de ellos el administrador y socio único, Sandro José Marín Rodríguez, según informaron fuentes de la investigación. La jueza, que estuvo presente en los registros asistida por el secretario judicial, ordenó el registro de varios inmuebles propiedad de Magrudis.

Según la agencia Efe , sobre las 12.15 horas Marín Rodríguez y otro responsable de la empresa entraron junto a varios agentes a la nave industrial de Magrudis en Sevilla, un lugar que abandonaron unas dos horas después para ser trasladado a dependencias policiales. En dicha nave se produjeron registros por parte de agentes de la Unidad Central Operativa del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, encargados de medio ambiente y consumo.

Nada más conocer estos hechos el Gobierno andaluz, por boca del consejero de la Presidencia y portavoz de la Junta, Elías Bendodo, anunció la presentación de una querella contra Magrudis y ofreció "toda la colaboración" del Ejecutivo a la Justicia y las fuerzas de seguridad.

"No nos va a temblar el pulso y vamos a llegar al final con todas las consecuencias porque no queremos que esto vuelva a ocurrir", añadió Bendodo, quien recordó que la Junta presentó en su momento dos denuncias ante la Fiscalía y sostuvo que "será la Justicia la que dirima las responsabilidades penales".