Un estudio internacional, en el que ha participado la Universidad de Zaragoza, desvela otro posible origen de la enfermedad de las vacas locas. Ahora, se ha puesto de relieve que el origen de la encefalopatía espongiforme bovina habría sido el scrapie, pero no el clásico, como se había postulado hasta ahora, sino el scrapie causado por cepas atípicas, y que, a diferencia del anterior, aparece de forma espontánea en ovejas y cabras, de forma aislada sin que se transmitan entre ellas.

Estos agentes infecciosos se habrían transmitido a las vacas al ser alimentadas con pienso elaborado con harina de carne y huesos de ovejas infectadas con priones, una práctica actualmente prohibida.

Los experimentos del estudio demuestran por primera vez que la transmisión de priones entre especies puede hacer cambiar las propiedades patobiológicas de estos agentes. En este caso el scrapie atípico, que en principio no es transmisible a las personas, cuando infecta a un huésped con proteína prión de bovino adquiere la capacidad de transmisión a humanos.