La investigación judicial por la desaparición y muerte de la viguesa Déborah Fernández-Cervera hace ya 17 años sigue en marcha tras la reapertura del caso el pasado mes de noviembre. El Juzgado de Instrucción nº 2 de Tui ha vuelto a citar a nuevos testigos para esta semana, después de haber tomado declaración a las primeras siete personas, a petición de la Fiscalía y de los abogados que representan a la familia de la víctima a principios de diciembre.

Según informaron fuentes próximas al caso, serán un total de seis personas las que el próximo jueves acudan a los tribunales tudenses.

Los primeros interrogatorios en sede judicial junto con los últimos atestados policiales a raíz de las pruebas recabadas por la familia podrían haber encaminado el caso, que llevaba parado desde el año 2010, fecha en la que se dictó el archivo provisional y del que fechaba uno de los últimos atestados policiales.

La joven gallega Déborah Fernández desapareció en abril de 2002 cuando salió a correr por la zona de Samil (Vigo). Su cuerpo, desnudo y oculto entre hojas, fue hallado días después en una cuneta de O Rosal, en un escenario que los investigadores consideran simulado. La causa de la muerte sigue siendo otra gran incógnita. No tenía signos de violencia ni de agresión sexual.

Los forenses aventuraron dos hipótesis. Una, la muerte súbita que el propio informe de la necropsia apunta como opción remota, y otra la muerte violenta por sofocación, un homicidio como cree la familia de la joven viguesa que ha logrado que se reabra el caso.