El Arzobispado de Madrid puso en marcha ayer el proyecto Repara para la prevención de abusos y la atención a víctimas, tanto dentro como fuera de la Iglesia. El proceso, que es gratuito, comienza con la escucha de la persona y, en función de cada caso, incluirá acompañamiento terapéutico, espiritual y jurídico, informó el Arzobispado en un comunicado. Lo más novedoso, añadió, es que va a prestar una atención abierta a cualquier persona que haya sido víctima de abusos, con independencia de quién haya sido el agresor y de si pertenece o no a la Iglesia católica.

El proyecto, cuyo acrónimo hace alusión a Reconocimiento, Prevención, Atención y Reparación a víctimas de Abusos, está coordinado por el académico, filósofo y profesor de la Universidad Pontificia Comillas Miguel García-Baró.

La iniciativa nace desde el convencimiento de que los abusos "suponen una forma inaceptable de cosificación de las personas y una degradación moral contraria a la ética más elemental y a los valores del Evangelio". Con ello, se quiere dar un servicio a todas las víctimas de abusos desde "el repudio a una práctica execrable generadora de un sufrimiento infinito".