Los médicos de Atención Primaria del Sergas podrán solicitar desde hoy directamente la prueba de coronavirus para un paciente si consideran que puede tratarse de un infectado y reúne las características que marca el protocolo. Hasta ahora las peticiones se gestionaban a través del teléfono de información para el Covid-19 de la Xunta (900 400 116), quienes derivaban a los pacientes al servicio de Medicina Preventiva de cada hospital -que debía dar el visto bueno al test- o bien las hacían los facultativos de Urgencias o del 061. El objetivo de esta medida es descentralizar estas solicitudes para "aliviar" la labor de quienes están al frente del teléfono del Sergas que cada día recibe unas 6.000 llamadas, según informaron ayer fuente del Sergas.

El protocolo para solicitar la prueba -que se realizará mediante el Covidauto en la carpa que se ha habilitado en la explanada del Burguer King de As Xubias y que permite extraer las muestras sin que el paciente se baje de su vehículo- es el mismo que hasta ahora. "Aquellos pacientes que presenten síntomas respiratorios compatibles, especialmente si pertenecen a grupos de riesgo como personas con cardiopatías o inmunodeprimidos" o personas que hayan estado en contacto estrecho como un contagiado así como personal "imprescindible en estos momentos como sanitarios, bomberos, etc...", explica el doctor coruñés Ramón Veras, portavoz de la plataforma SOS Sanidade Pública en A Coruña. "Se les dará una cita previa y con ella tienen que ir hasta allí, donde le harán el test", indica este facultativo. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, reconocía ayer que si hubiese test suficientes el siguiente paso sería que "los propios médicos realizasen la prueba en los ambulatorios".

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A Coruña realiza desde hoy pruebas del virus a pacientes sin que se bajen del coche

Pero además la nueva orden del Sergas a los centros de salud indica que los médicos de familia podrán hacer el seguimiento de los infectados de Covid-19 más leves, algo que, en la práctica ya se hacía en algunos casos. "Les vamos a dar el tratamiento y además realizaremos un control telefónico para ver su evolución, si ha empeorado, si vemos que es necesaria alguna prueba como una radiografía, etc...", explica Veras, quien tiene claro que "si esta última semana fue la de reorganizar la atención y las instalaciones en Atención Primaria, ahora toca la asistencia a pacientes afectados por coronavirus".

Porque esta pandemia no solo ha provocado que los hospitales tengan que adaptarse al aumento de pacientes -habilitando nuevas áreas para ingreso, creando nuevas UCI, liberando camas de plantas convencionales o cancelando toda cirugía y consulta externa que no sea urgente o no pueda demorarse-, los ambulatorios también han tenido que reorganizarse para intentar frenar la transmisión del virus entre los pacientes y los propios trabajadores de los centros.

Lo primero fue potenciar las consultas telefónicas y anular todo aquella actividad programada y que no sea urgente para evitar que los pacientes acudan al centro sanitario y pueden estar en contacto con algún contagiado. "Se intenta limitar al máximo el contacto con los pacientes y para eso se prioriza la consulta telefónica y lo urgente. Se siguen haciendo analíticas pero que no se pueden demorar. Un control del colesterol sí puede aplazarse", explica este facultativo coruñés, quien deja claro que esto no ha aliviado de carga a los médicos de familia."He tenido días de la agenda con 40 o 45 pacientes y muchos al ser por teléfono no piensan en al gente que está esperando y se demoran algo más", añade.

Además, al igual que ocurre en los servicios de Urgencias de los hospitales, los ambulatorios han instalado un doble circuito de entrada para que todo aquel que presente síntomas compatibles con el Covid-19 no sea atendido por el circuito habitual para evitar que entre en contacto con otros pacientes. "La organización varía en función de la logística del centro de salud pero en general el personal administrativo que está a la entrada o al inicio de la planta realiza un pequeño cuestionario al paciente sobre el motivo de su consulta y si considera que tiene síntomas sospechosos se avisa a su médico y ese paciente no se ve en la consulta habitual, sino en una zona separada y habilitada para ello", explica Veras. Una vez allí el personal médico o de enfermería que le trate deberá ponerse los equipos de protección aconsejados que incluyen guantes, mascarilla y una bata impermeable a líquidos. "La mascarilla tal y como está la situación casi habría que ponerla para asistir a cualquier paciente", indica este facultativo del ambulatorio de San José, quien reconoce que "no hay material de protección suficiente en los ambulatorios".

Más allá de la reorganización general que llega a todos los centros de salud, muchos toman medidas adicionales para mejorar la seguridad y evitar contagios. En algunos, como el ambulatorio de Adormideras, se han instalado mamparas que separan al personal de administración „que recibe a los pacientes o que les da cita para otro día„, cuentan con botellas de gel desinfectante para que usuarios y trabajadores mantengan la higiene de manos o reestructuran ciertas áreas para evitar la concentración de pacientes. Es el caso del centro de salud de San José donde han cambiado de ubicación el lugar en el que se realizan los controles de Sintrom para evitar una elevada presencia de pacientes que, en este caso además, suelen ser mayores y por tanto del grupo de riesgo.

El doctor coruñés Ramón Veras reconoce que la situación "cambia casi de día a día" y que los centros de salud se adaptan a los cambios progresivamente. Este facultativo tiene claro que habrá más modificaciones en el funcionamiento de estas instalaciones. "Ayer mismo (por el sábado) el Boletin Oficial del Estado incluía la posibilidad de trasladar personal sanitario de centros de salud a las residencias de mayores. Y es posible que reorganicen los centros, en Madrid ya han cerrado algunos", indica. Precisamente ayer Feijóo reconocía que el Sergas estudia centralizar la actividad en unos pocos ambulatorios, pero no hay nada en firme.