Inquietud. Esta es la sensación que traslada una gran parte de las familias gallegas ante la línea del Ministerio de Educación para enfocar lo que resta de curso escolar. Las asociaciones de padres consideran inviable o imposible realizar una evaluación del alumnado en términos de equidad y justicia, tanto por las dificultades de los progenitores a la hora de conciliar como por aquellas derivadas de la brecha digital y el acceso a los contenidos. Si bien las instrucciones del Ministerio inciden en que se evalúe el segundo trimestre hasta el día en que se suspendieron las clases.

Rogelio Carballo, de Confapa-Galicia, advierte de que hay muchos casos en los que se está descargando la responsabilidad "a las familias, los padres y los alumnos", y ha considerado que esta situación hace inviable una evaluación en términos de normalidad. Asegura que los trabajos que se realizan, en la mayoría de casos, van "en un sólo sentido" y la atención no va más allá de "recibir contenidos".