El Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) ha creado un grupo de trabajo para abordar la posible utilización de plasma de pacientes que han superado la infección causada por el nuevo coronavirus para curar a otros enfermos. El Ministerio de Sanidad ya autorizó la toma de muestras y el Instituto de Salud Carlos III va a iniciar un ensayo clínico, liderado por el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, para testar ese tratamiento. "Se está planteando como una opción terapéutica muy realista", reconoce el jefe del Servicio de Microbiología del Chuac, Germán Bou, quien avanza que hoy mismo se celebrará una reunión en el centro coruñés para determinar "en qué grado se participará" en esa investigación.

¿Los pacientes que han superado el Covid-19 se pueden volver a infectar o están inmunizados frente al virus que causa esa enfermedad?

La experiencia que tenemos está llena de incertidumbres. Hace apenas tres meses que se empezaron a notificar en China los primeros casos de Covid-19. En estos momentos, se desconoce si los pacientes curados desarrollan inmunidad frente al SARS-CoV-2 y, de ser así, durante cuánto tiempo. En monos reshus a los que este coronavirus provocó una dolencia leve, se ha visto que no se reinfectaron al estar de nuevo expuestos hasta cuatro semanas más tarde. En el caso de otros coronavirus parecidos, como el SARS (el primero que surgió en 2002), sí se comprobó que los anticuerpos seguían presentes en los contagiados quince años más tarde, pero se desconoce si eso ha generado una inmunidad suficiente para prevenir otra infección. Estamos avanzando a tal velocidad que no hay nada seguro al respecto. De ahí el interés por llevar a cabo este ensayo clínico y ver si la opción de tratar a otros enfermos con anticuerpos de los ya curados es viable.

Urge desarrollar tratamientos para curar a los enfermos con Covid-19, pero también una vacuna para prevenir futuros contagios. Se están dando plazos de entre doce y dieciocho meses. ¿Son realistas?

Es muy poco tiempo. Entiendo que a la gente le puede parecer mucho, y que apremia una respuesta terapéutica eficaz porque se están registrando muchos contagios y porque muchas personas, por desgracia, están falleciendo. Me consta que se está trabajando muchísimo para acelerar esta cuestión, pero si en un año o en año y medio se lograse desarrollar una vacuna contra el SARS-CoV-2, estaríamos ante un hito histórico sin precedentes en la Medicina. La situación de emergencia en la que nos encontramos está obligando a concentrar en un corto periodo de tiempo las fases de los proyectos de investigación. En circunstancias normales, se llevan a cabo de manera escalonada, y entre unas y otras pueden transcurrir varios años. Se está acelerando a tal nivel, que las pruebas de eficacia en animales y en humanos se están realizando prácticamente al mismo tiempo.

¿Este coronavirus ha venido para quedarse?

Esta pandemia acabará, pero es posible que en otras circunstancias epidemiológicas, y en otras temporadas, este coronavirus regrese, y no sabemos cómo se va a comportar. De ahí que sea tan necesaria una vacuna, aunque se desarrollen otros tratamientos eficaces para administrar a los enfermos. El SARS-CoV-2 podría resurgir a corto, medio o largo plazo, y quién sabe si al final acabaremos vacunándonos todos los años contra él, como hacemos con la gripe estacional. Por eso se está tomando muy en serio toda esta cuestión, y las grandes farmacéuticas de países como Estados Unidos, China o Rusia, y de España también, están pisando el acelerador para desarrollar esa vacuna que tanto se necesita y que, estoy seguro, se va a lograr.

¿Una vez superada la pandemia actual sería posible, entonces, que se produjese una nueva oleada de casos?

Todo lo que pueda decir sobre esta cuestión entra dentro de la especulación. Estamos ante un virus nuevo. Tenemos la certeza de que se transmite a gran velocidad, pero no sabemos realmente cómo se va a comportar. Ni siquiera hay un modelo matemático que pueda predecir, con total seguridad, cuándo se va a alcanzar el pico de la pandemia. ¡Como para poder asegurar si dentro de seis meses o de doce va a resurgir!. Lo que sí es verdad es que, conforme transcurra el tiempo, cada vez más personas habrán tenido contacto con el virus y eso va a ir generando una inmunidad en el conjunto de la población. Se espera, por tanto, que estemos más protegidos en siguientes oleadas que puedan venir. Hay un hecho comprobado y es que, a medida que pasa el tiempo, los virus se van adaptando a su huésped, se van atenuando. Este es nuestro primer contacto con el SARS-CoV-2, de ahí su gran propagación. Pero conforme nos vayamos inmunizando, lo iremos tolerando mejor y, posiblemente, no veremos situaciones como las que se están produciendo ahora. Esto es algo que los ciudadanos tienen que entender. Las circunstancias actuales se están dando porque estamos ante un virus nuevo que afecta a una población que no tiene ninguna inmunidad frente a él.

¿A falta de una vacuna, el mejor antídoto es el confinamiento?

Sin duda. Aunque parezca una solución simple y sencilla, es muy eficaz. El confinamiento de la población es la única arma que tenemos, ahora mismo, para cortar la cadena de transmisión del virus, frenar la aparición de nuevos casos y controlar los que tenemos. Es fundamental que este mensaje cale en la gente. Estoy seguro de que vamos a salir adelante, pero nos enfrentamos a un problema de salud pública gravísimo, y entre todos tenemos que contribuir a solucionarlo.