De lunes a viernes, Anxo Varela intenta seguir los mismos horarios que antes, cuando tenía que ir a la oficina. "Me levanto entre las siete y media y las ocho. Una de las cosas que más agradezco es tener la posibilidad de teletrabajar; me ocupa una buena parte del día y me mantiene un poco conectado a la realidad", manifiesta este joven de 27 años.

No lleva mal la soledad y ocupa su tiempo libre "viendo películas o series, leyendo libros y haciendo ejercicio". El móvil puede ser, en muchos momentos, una vía de escape, ya que le permite conectar con los suyos. "Echo de menos a mi familia y amigos. Además, voy a ser tío en unos meses y me gustaría poder vivir con mi hermana toda esta evolución. Pero hablamos por teléfono o hacemos videollamadas, así que hasta se podría decir que no estoy solo", sostiene Varela.

Reconoce que "estar en casa" tanto tiempo "es difícil", pero se siente "afortunado" por no tener que lidiar con problemas de salud. "Hay gente que lo está pasando muy mal", afirma.

Trata de "no pensar en todo lo que queda" y se esfuerza, además de en el trabajo, en los cursos y másteres que está cursando. Anxo Varela también ha tenido que organizarse para hacer la compra, ya que antes comía en su oficina. "No estaba acostumbrado a eso, pero me he adaptado. He bajado dos veces al supermercado porque las compras online son una odisea. Están saturados", sentencia.