No les apuntan en exceso los focos, pero la factoría inglesa de series de televisión ofrece una fiabilidad inigualable con guiones bien construidos, actores locales de altísimo nivel y una tradición que les hace tener un sello propio.

Los últimos tiempos han supuesto una pérdida de títulos básicos en el catálogo de Netflix. Como Life is too Short, con Warrick Davis (el protagonista de Willow), riéndose de su escasez de centímetros en un falso documental en el que Liam Neeson tiene una aparición incalificable. O Happy Valley,Happy Valley con una soberbia Sally Wainwright, a la que, aunque han pasado casi cuatro años, se le sigue esperando. Su tercera temporada parece no llegar nunca. El consuelo es que, cuando esté lista, las plataformas se volverán a pelear por ella.

Aun así, hay vida más allá de estas pérdidas, de la eterna Doctor Who (también fuera de Netflix), de la reveladora Sherlock Sherlocko de la popular Peaky Blinders, que ya trabaja en su sexta temporada. La maquinaria british nunca se detiene, ya asoma Pure Pure(Filmin). Estas son algunas imprescindibles.

►'River' (Netflix). Es una de las pepitas de oro del catálogo de esta plataforma que a veces parece un cajón desastre. Desde que empieza a sonar el I love to love I love to lovede Tina Charles, desde ese paseo por las calles de Londres, atrapa. Es una serie policiaca, es mucho más. Un inmenso Stellan Skarsgard, encumbrado en Chernobyl, es el detective John River y todo gira alrededor de la relación con su compañera Jackie y la resolución de un asesinato. Oscura y luminosa, emotiva y cruda. Seis capítulos para devorar en un único día para los adictos a los maratones.

►'Taboo' (HBO). Quien haya visto alguna vez al judio Alfie Solomons en Peaky Blinders Peaky Blindersno habrá podido olvidar esa voz y a Tom Hardy. Su serie, casi su obra personal, es Taboo, que de momento sigue anclada en su primera temporada. James Delaney regresa en el siglo XIX de África después de que lo hubiesen dado por muerto para reclamar la herencia de su padre. Mezcla magia, oscuridad, una gran historia y tiene a Hardy, al que es imposible dejar de mirar.

►'Luther' (Netflix). Idris Elba, el inolvidable Stringer Bell de The Wire y candidato a ser el primer James Bond negro, es el atormentado agente John Luther. Tiene sus propios métodos, casi siempre al margen de la ley. Más allá de su protagonista, su socia, la psicópata Alice Morgan (Ruth Wilson) es otro de los imanes de esta propuesta con cinco temporadas.

►'The End of the Fucking World' (Netflix). Dos temporadas de esta atípica serie de adolescentes con resultado dispar. La primera es una inyección en vena, un chute de adrenalina de menos de tres horas distribuidas en ocho capítulos para ver del tirón. Vértigo, velocidad y más vértigo. James es un aprendiz de psicópata y Allysa odia y no para de hablar. Conectan y se embarcan en una road movie que parecía tener un final cerrado. Finalmente, no fue así. La segunda tanda de capítulos desluce el soberbio producto inicial.

►'Years and Years' (HBO). Sigue la estela de Black Mirror, pero hay una gran diferencia. Esta distopía se siente más cercana, asusta de lo real que es y más en tiempos de pandemia. Desarregla reparando en hacia dónde va este mundo con la emigración, la tecnología y el deterioro del mercado laboral como temas estrella. Emma Thompson, la Trump o la Boris Johnson de esta obra, está estelar en una obra que tiene un final de capítulo, el cuarto, imposible de olvidar.

►'Line of Duty' (Movistar Series). Si todas las series policiacas inglesas tienen como denominador común que el espectador acaba desconfiando hasta de su sombra (Marcella, MarcellaCollateralo Safe son otros ejemplos), Line of Duty Line of Dutyse lleva la palma. Un fenómeno de masas en las islas que ya va por su quinta temporada relatando las intrigas de una unidad de asuntos internos, el AC12.

►'Broadchurch' (Netflix). Un asesinato de un niño lleva al reciente mente destinado inspector Alec Hardy (David Tennant) a conocer el lado oscuro de los vecinos de un pueblo de costero inglés. Su primera temporada es difícilmente superable, pierde el tono en la segunda y remonta en la tercera.

►'Fleabag' (Amazon Prime). Aparece al final porque está en boca de todos, pero es la más imprescindible. Phoebe Waller-Bridge adaptó su monólogo y rompió la cuarta pared y moldes con esta tragicomedia de una joven disfuncional y adicta al sexo. Ríes, lloras, sientes. Recuerda, en algún momento, a Girls Girlsy su segunda temporada es igual o mejor que la primera.

►'The it Crowd' (Netflix). Nunca es tarde para revisar y ejercitar los abdominales de tanto reír con Moss, Roy y Jen, un extraño grupo de informáticos del sótano de una empresa de la City. Pasan los años y no se ha creado una comedia moderna que la pudiese superar.