Un hospital es una cadena en la que si rompe un eslabón, el funcionamiento se resiente. Médicos y enfermeros no podrían realizar bien su labor si no fuese por el quehacer diario de otros cientos de trabajadores que se encargan de mantener a raya la limpieza de instalaciones y material, de trasladar a los pacientes hasta las pruebas o el quirófano, de tramitar todos los documentos precisos para el ingreso o las altas o de diseñar un menú adaptado a las necesidades de cada enfermo. Cuatro de estos trabajadores no sanitarios del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) explican cómo han tenido que readaptar sus tareas a la nueva realidad del coronavirus. Tras unas semanas "caóticas", "duras" y donde "cada día había que adaptarse a nuevos cambios", reconocen que ahora se lleva con más tranquilidad trabajar en el lugar donde se lucha en primera línea contra la pandemia. "Estamos todos en el mismo barco, sanitarios y nosotros", aseguran y por ello, sienten como suyos los aplausos con los que cada día la población rinde homenaje a quienes trabajan en centros sanitarios de todo el país.

La pandemia del coronavirus hace que nada en el Chuac quede al azar. El simple traslado de un paciente a hacerse unas pruebas requiere ahora de un protocolo de seguridad para garantizar que los infectados no se crucen con otras personas. "Nos coordinamos con seguridad y hay que bloquear un ascensor para poder hacer el traslado de estos pacientes y siempre con los equipos de protección individual", explica el encargado de turno (responsable de los celadores del Chuac), Luis Sierra. Lo mismo ocurre en el departamento de limpieza, donde aunque "seguimos el protocolo que ya había con otras infecciones", dice el jefe del servicio, José Cons, "ahora se ha ampliado el número de intervenciones, de personas y de horas de limpieza diaria". "Hacemos hasta un 20% más de horas diarias', explica el responsable de limpieza. Más trabajo también tiene Pilar Vento, administrativa de la Unidad de Enfermedades Infecciosas „área del que dependen los pacientes Covid-19 aunque ahora estén ingresados por diferentes plantas del hospital„ donde se multiplicó el número "de altas o llamadas de familias" con la pandemia.

Y el coronavirus también ha revolucionado los fogones del Chuac. De ofrecer varios platos a elegir a los pacientes se ha pasado a un menú cerrado „adaptado a las característica de cada uno„ para evitar el vaivén de tarjetas que tendrían que tocar enfermos, familiares y personal de cocina y se han reforzado las medidas de protección en zonas, como el lavado de verduras, "donde antes no hacía falta mascarilla", explica el responsable de este departamento, Ramón Sueiro.

Unos y otros reconocen que los primeros días, cuando el aluvión de pacientes infectados y el hospital debía readaptarse a la nueva situación, fueron algo "caóticos", pero que la situación ha mejorado y además los protocolos en cada caso ya están claros. "Al principio había más miedo, desinformación pero conforme pasaron los días se fue clarificando todo y ahora parece que ya no suben los casos y el ambiente está más tranquilo", dice José Cons. "Los primeros días fuero muy caóticos, lo que servía hoy mañana ya no, pero hay que ir adaptándose", añade Pilar Vento, que reconoce „al igual que el resto de compañeros entrevistados„ que lleva bien el ir a trabajar a diario al hospital y asegura que aunque realice tareas administrativas "es mucho más práctico que esté en el hospital que teletrabajar".

Pese a trabajar en áreas muy diferentes, todos tienen claro que forman parte de un mismo equipo. "Aquí estamos todos en el mismo barco y remamos juntos para que esto vaya lo mejor posible", explica Ramón Sueiro, quien asegura que sí se siente aludido en el reconocimiento de los aplausos que se realiza todas las tardes a las 20.00 horas. "Formamos parte del mismo engranaje y siempre está bien que le agradezcan a uno su trabajo", añade José Cons, una opinión que comparte Pilar Vento quien se muestra "agradecida" por este impulso en forma de aplauso. Y Luis Sierra, también "agradecido por este reconocimiento" por parte de la ciudadanía, pide que no sea algo temporal y que se siga valorando la labor de quienes trabajan en la sanidad española una vez todo vuelva a la normalidad.

Ellos son una pieza clave más en esa máquina llamada hospital que debe funcionar como un reloj para cumplir fielmente con su objetivo: curar y ofrecer la mejor asistencia posible a los pacientes y sus familiares.