Juan Cabrera lleva "poco tiempo" en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), en concreto, en el Servicio de Otorrinolaringología, pero cree que una situación tan "inédita" como la generada por la pandemia de Covid-19, que "lo cambia todo", obliga a todos los profesionales a adaptar su manera de trabajar, con independencia de su grado de veteranía. "Hay un montón de gente trabajando y organizando todo para sacar adelante lo mejor posible esta situación. Cada uno pone su granito de arena para readaptar, día a día, la actividad asistencial. Desde los servicios quirúrgicos, hasta los tipos de consultas, cómo se puede ver a los pacientes y cómo no... Se trabaja sobre la marcha, y no hay mucho tiempo para pararse a pensar en cómo estaríamos si no hubiese sucedido esto. En este momento, lo que toca es arrimar el hombro, y dentro de unas semanas o unos meses, cuando tenga que ser, ya veremos cuál es la mejor opción para todos y cómo nos vamos a encontrar en el futuro", apunta el doctor Cabrera, quien reconoce, no obstante, que cierta incertidumbre "es inevitable". "Nadie ha vivido antes algo así", subraya, y reitera: "Hay que ir día a día. En nuestro Servicio, por ejemplo, se está tratando de intervenir sólo a los casos más urgentes, por la propia seguridad de los pacientes, pero también del personal sanitario. Otros compañeros, como los anestesistas o los intensivistas, está en primera línea de la pandemia de Covid-19. Nosotros, salvo para realizar traqueotomías, nos encontramos en la retaguardia y nos afecta más a nivel de organización. Al principio costó un poco adaptarse, pero con esfuerzo las cosas siempre van para adelante", recalca. Sobre lo que supone pasar de ser un médico residente de cuarto curso a un adjunto del Servicio, reconoce que "al principio, asusta un poco". "El cambio de una etapa a otra siempre da vértigo. Pero el apoyo de los compañeros sigue estando ahí, te siguen formando y continúas aprendiendo. No es un cambio tan drástico", señala.