Apenas un 5% de la población española -tasa que baja al 2,1% en Galicia- ha desarrollado algún tipo de inmunidad frente al coronavirus, según los primeros resultados de los tests de anticuerpos realizados por el Ministerio de Sanidad. Unos valores que no sorprenden a la Sociedad Española de Inmunología, que alerta de que la bautizada como inmunidad de grupo "no puede ser una estrategia con este virus". Para la secretaria de la entidad, Carmen Cámara Hijón, estos resultados solo dejan dos alternativas hasta que se encuentre un fármaco o una vacuna eficaz: "Mantener las medidas de distancia social e higiene y el diagnóstico precoz de los contagios".

Las pruebas revelan que solo el 5% de los españoles ha generado anticuerpos frente al coronavirus y que las provincias con tasas más altas apenas rebasan el 10%. ¿Les han sorprendido estos resultados tan bajos?

No, era lo esperado. Tras ver lo que pasaba en el personal sanitario, que son los que están súper expuestos al virus y donde las tasas estaban entre el 10 y el 20% y según estimaban algunos modelos predictivos, esperábamos que el porcentaje de población con anticuerpos oscilase entre el 4 y el 8%. Esto demuestra también que el confinamiento ha funcionado; si no, habría muchos más.

¿Es normal que en sitios como Madrid con miles de afectados, solo tenga anticuerpos un 11% de la población?

No se trata de que fueran muchos casos sino de la gravedad y de la rapidez con la que se produjeron. Hubo muchos afectados en solo unas semanas y esto hizo que con solo un 5% de la población contagiada en España se colapsase el sistema de salud. Por ello, este estudio demuestra que con este virus la inmunidad de grupo no es una estrategia que seguir porque se necesitaría un porcentaje de población con anticuerpos muy elevado y con solo el 5% ya vemos que la sanidad puede bloquearse. Lo fundamental es que aparezca un tratamiento y una vacuna eficaces.

¿Y hasta entonces y con estos resultados cual es la estrategia que se debe seguir?

Hasta entonces y como no podemos estar confinados para siempre, aunque no vamos a poder cambiar el número de contagios, lo que sí debe intentarse es que la tasa de transmisión sea más lenta y por tanto haya un menor número de casos a la vez y que el sistema sanitario no se bloquee.

¿Cómo se logra que la transmisión se ralentice?

Con dos medidas clave. Por una parte seguir con el mantra de mantener la distancia social y la higiene de manos, son medidas que han venido para quedarse. Eso sí, sin extremismos. No hace falta desinfectarlo todo pero sí mantener una distancia de 1,5 metros entre personas, lavarse bien las manos y si vamos en transporte público, por ejemplo, usar la mascarilla. Cosas que se adquieran como rutinas pero sin excedernos porque si nos volvemos locos con las medidas es más complicado que estas perduren en el tiempo. Y la otra parte clave es el diagnóstico precoz que es lo que ha llevado al éxito a países como Corea. Tenemos que garantizar que cualquier persona con síntomas pueda realizarse una prueba PCR en su centro de salud en un periodo de 48 horas. Me consta que las comunidades ya están trabajando en ello. Es hacer lo que no pudimos hace dos meses en Atención Primaria porque todo se produjo con mucha rapidez.

La primera parte del estudio de seroprevalencia se realizó a casi 61.000 personas, ¿es una muestra suficiente?

Sí, es una muestra bastante ambiciosa y me consta que se está testando a gran parte del personal sanitario y creo que poco a poco la muestra se irá ampliando para abarcar a más población, especialmente a los trabajadores de sectores esenciales. No podemos aspirar a realizar test a los más de 40 millones de españoles, pero creo que se irá ampliando el número de sectores en los que se realicen. De hecho ya hay empresas que pagan por hacérselo a sus trabajadores.

Y eso sin saber exactamente lo que dura esta inmunidad...

Sí, no se sabe. Lo cierto es que en estos cuatro meses de pandemia no hay ningún caso publicado de nuevo contagio, sí de recaídas y en ciencia lo que sirven son los hechos. Es cierto que el SARS, que es una especie de primo hermano con el que tiene un 87% de homología, produce una inmunidad de entre uno y tres años, pero con el coronavirus solo sabemos que al menos cuatro meses y cada uno que pase será uno más. No tenemos conocimiento ni tampoco medios para saberlo con exactitud. Por ejemplo, ¿sería posible antes de subir un avión hacerle una prueba a una persona para saber si puede contagiar el virus? De momento no hay ningún sistema que detecte al 100% si es portador del virus y puede contagiar en ese momento.

¿Y las pruebas PCR?

Lo que nos dicen es si esa persona tiene ARN, es decir, material genético del virus pero en la zona en la que se obtiene la muestra: si la sacas de la nariz, sabrás si hay ARN en ese momento en esa zona, pero no informa si lo hay en otro sitio. Por eso, a veces, un test da negativo y después otro similar da positivo.

Hay quien ya pone que ha pasado el virus en el currículum. ¿Qué le parece?

Es una cuestión ética. En la actual situación de pandemia nos estamos enfrentamos a cuestiones de bioética desconocidas hasta ahora. Lo que sí está claro es que en las residencias de ancianos, por ejemplo, es fundamental saber quién lo ha pasado y quién no. Los trabajadores que no hayan tenido el virus o los cuidadores en casa de un mayor no deberían poder trabajar en esos puestos, pero otra cosa es que estos datos se publiquen. Sí que hay grupos de trabajadores en los que es necesario saber si han sufrido o no el virus. Igual que hay muchos artículos o papers en los que se resalta que ojo, con este virus no funciona la estrategia de la inmunidad de grupo, yo creo que cierta inmunidad escudo sí es fundamental. Garantizar que sanitarios o cuidadores de ancianos u otros trabajadores no pueden transmitir el virus es importante.