El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y los 27 gobernadores del país dejaron de lado algunas diferencias y dieron ayer alguna muestra de unidad contra el Covid-19, en momentos en que la pandemia acelera en todo el territorio nacional. Brasil es hoy uno de los países más afectados en el mundo por la crisis sanitaria y Bolsonaro, uno de los gobernantes más escépticos en cuanto a la gravedad de la situación, alcanzó acuerdos mínimos sobre la ayuda financiera federal a los estados y municipios, cuando el país llega a casi 19.000 muertos y cerca de 292.000 casos.

Lo hizo en una reunión telemática con los gobernadores y miembros del Parlamento, en la que se trató apenas sobre la ayuda financiera y se omitieron la férrea censura y las críticas de Bolsonaro a las cuarentenas y otras medidas adoptadas por los gobiernos locales para contener lo que el mandatario ha llegado a calificar de "gripecita". La reunión giró en torno a un programa de auxilio financiero a los estados y los municipios, ya aprobado por el Parlamento pero aún no sancionado por el presidente.

EConte, a los jóvenes: "Aún no es momento de fiestas". El presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, exhortó, sobre todo a los jóvenes, a evitar reuniones y fiestas e invitó a los italianos a quedarse en el país en vacaciones. "Un llamamiento a todos y en particular a los jóvenes: aún no es el momento de las fiestas y la vida nocturna. Ahora más que nunca es necesario respetar la distancia de seguridad y el uso de mascarillas. Exponerse significa exponerse a la infección", dijo Conte.

EMoscú anuncia una tímida apertura a partir del lunes. El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, anunció ayer una tímida desescalada de la cuarentena y se prevé la apertura el 25 de mayo de los centros de gestión de servicios públicos a la población y el uso de coches compartidos. Según Sobianin, esto es posible gracias a que la cantidad de nuevos casos comenzó a reducirse.