Italia está planeando reclutar a unos 60.000 voluntarios que estarán desplegados en las calles de diferentes ciudades y localidades para recordar la obligación de cumplir con la regla de distanciamiento físico para evitar nuevos contagios de coronavirus durante la actual fase de desescalada.

La iniciativa, anunciada por el ministro de Asuntos Regionales, Francesco Boccia, llega en un momento en el que está creciendo la preocupación porque en lugares como las playas, los bares o las plazas las personas no siempre están cumpliendo con la separación requerida. Boccia contó a La Stampa que los voluntarios serán llamados "asesores cívicos", vestirán con ropa azul y su única arma será "la fuerza de la persuasión, la razón y su sonrisa". La convocatoria para reclutarlos, abierta a todos los ciudadanos pero dando prioridad a los desempleados y a los que reciben ayudas sociales, será publicada esta semana por la Agencia de Protección Civil, según detalló el ministro en su página de la red social Facebook.

El anuncio realizado por Boccia generó malestar incluso dentro del propio Gobierno. El Ministerio del Interior hizo saber que la decisión se ha tomado "sin consulta previa" con este departamento y dejó claro que en cualquier caso su despliegue no supondrá "obligaciones adicionales" para los miembros de las fuerzas de seguridad. Con respecto a la temporada turística, el ministro de Asuntos Europeos de Italia, Vincenzo Amendola, rechazó ayer la propuesta de "corredores turísticos" y acuerdos bilaterales entre países europeos con niveles similares de contagios y afirmó que la Unión Europea tiene que coordinarse y mostrarse unida. "No aceptamos corredores o acuerdos bilaterales, solo la libertad de movimiento, como la Comisión Europea ha recomendado en sus documentos", declaró. Mientras el país superaba ayer barrera de los 230.000 casos, con 92 fallecidos más hasta un total de 32.877, voluntarios de Cruz Roja comenzaron a realizar 150.000 pruebas serológicas