Quieren reabrir, pero "para seguir abriendo siempre" y las medidas adoptadas para la hostelería no lo permiten. Por eso cocineros y propietarios de bares, tabernas, restaurantes y caterings reclamaron ayer ante el Congreso de los Diputados que se les escuche. Entre los concentrados, varios Estrella Michelin o reputados restauradores como los jueces de MasterChef.

Convocados por la Federación de Cocineros y Reposteros de España (Facyre) en representación de todo el mundo de la gastronomía -incluyendo los productores que los abastecen y cuya supervivencia también peligra- su intención era depositar las chaquetillas de cocineros en las escalinatas del Congreso, pero la policía se lo impidió y tuvieron que hacerlo enfrente, junto a la escultura de Cervantes.

Solo a una veintena se les autorizó a estar en la Plaza de las Cortes en la lectura del manifiesto reivindicativo, que comenzó con un minuto de silencio por los fallecidos por el Covid-19, de forma que los aproximadamente 200 asistentes en representación de un sector que aporta el 6,2 % al PIB nacional y da trabajo a 1,7 millones de personas, se distribuyeron por los aledaños.

Un gremio poco dado a las reclamaciones y protestas, recordaron, y sí dispuesto a colaborar en causas solidarias como muchos han hecho y continúan haciendo estas semanas cocinando para sanitarios y personas desfavorecidas que, además, ha sido "la solución en otras crisis". "Y en esta sin duda, también ayudaremos porque estamos deseando que nos dejen ayudar", leyó Juan López, de la reputada Tasquita de Enfrente.

Por ello reconocieron que su protesta es un acto de "desesperación" por su momento de "extrema debilidad", pero también de "esperanza" y una declaración "de amor" por un trabajo que "forma parte del tejido empresarial y emocional de este país".

Y lamentaron que el Gobierno no les haya tenido en cuenta para tomar decisiones que afectan a sus vidas y a sus negocios.