¿Nos tenemos que mentalizar para otro confinamiento como el de los meses de marzo y abril?

Creo que no será necesario porque sabemos más que antes. La gente está concienciada, sabe qué supone un confinamiento y que repetirlo sería un desastre desde todos los puntos de vista. No creo que lleguemos a ese extremo; al final imperará la responsabilidad porque sabemos lo que nos jugamos. Pero probablemente este virus no se habrá erradicado completamente al menos hasta dentro de uno o dos años. Lo podemos limpiar en España, pero da igual porque se ha extendido por todo el mundo y siempre va a venir gente de fuera. Es un mundo globalizado, el virus se contagia de persona a persona y a menudo quien está infectado por él no se entera.

¿Aguardan otras pandemias?

Puede ser, pero no quiero apuntarme a un discurso catastrofista. He oído a colegas que avisan de otras epidemias peores, pero a día de hoy no hay datos científicos que lo corroboren. Puede pasar, pero puede que sean más leves. Normalmente su origen está en el consumo humano de animales salvajes como murciélagos.

¿Cómo valora la gestión del Gobierno? El gran reproche es que se reaccionó tarde.

No lo comparto. Con la información de la que se disponía todo el mundo estaba convencido de que los efectos de la epidemia del nuevo coronavirus serían insignificantes. Por ejemplo, aún nos sabemos cuántos muertos hubo realmente en China, pero en ese momento comunicó un total de 3.500 en todo el país, un dato muy poco creíble. Esto cogió con el pie cambiado a todo el mundo. Lo importante es que después de todo lo que ha pasado hayamos aprendido la lección.