El Vaticano publicó ayer la investigación sobre el exarzobispo de Washington Theodore McCarrick, de 90 años, expulsado del sacerdocio y del colegio cardenalicio por Francisco por abusos a menores, en el que se explica que el papa argentino conocía "sólo de oídas" su "comportamiento inmoral con adultos" y que Juan Pablo II y Benedicto XVI, a pesar de los continuos rumores, dejaron pasar el asunto al ser mal informados o no tener pruebas ciertas.

Para esta investigación judicial de 450 páginas que ha durado dos años y que fue ordenada por Francisco en un gesto inédito, el Vaticano asegura que no se ha puesto ningún límite y que documentos de todos los departamentos de la Santa Sede, la Secretaria de Estado y la nunciatura han sido consultados, al tiempo que se han realizado hasta 90 entrevistas con un total de cerca 30 horas de grabaciones. El informe apunta un sistema durante años de mala información por parte de los obispos y los nuncios al papa, de desestimación de las denuncias anónimas por parte de las víctimas, de superficialidad y de falta de investigación de una conducta considerada entonces impropia, pero que en realidad escondía reiterados abusos sexuales y de poder de un verdadero depredador.

El caso estalló cuando el exnuncio en EE UU Carlo María Viganò pidió en agosto de 2018 en una carta de once páginas, publicadas en medios católicos conservadores, la renuncia del papa Francisco al asegurar que éste conocía ya desde 2013 las acusaciones que pesaban sobre el cardenal McCarrick.