El papa Francisco instó ayer a quienes tienen responsabilidades a que se garantice la vacuna contra el coronavirus a todos, “sobre todo a los más vulnerables”. Lo hizo en su tradicional mensaje de Navidad, este año pronunciado en el interior de la basílica de San Pedro y sin fieles presentes por la pandemia. “En este tiempo de oscuridad e incertidumbres aparecen luces de esperanza como la de las vacunas, pero para que estas luces lleven esperanza al mundo entero tienen que estar a disposición de todos”, dijo.

“No se puede esperar que los nacionalismos cerrados nos impidan vivir como la verdadera familia humana que somos. No podemos dejar que el virus del individualismo radical gane y nos deje indiferentes al sufrimiento de los otros hermanos”, denunció para añadir: “No podemos ponernos los primeros antes que los otros. No pueden las leyes de mercado y las patentes estar sobre la ley del amor y de la salud de la humanidad”.

“Ante ello, pido a todos los responsables de los Estados, a los organismos internacionales y a las empresas, proponer la cooperación y no la competencia, y buscar una solución para todos. Vacunas para todos. Especialmente para los mas vulnerables y más necesitados del planeta. Ante un desafío que no conoce fronteras, no se pueden erigir barreras. Estamos todos en la misma barca”, destacó el Papa desde el aula de las bendiciones.

Este año debido a las medidas restrictivas y con una Italia confinada, el Papa pronunció en el interior de la basílica y no asomado desde el balcón de la logia central su tradicional mensaje de Navidad en el que suele repasar los males y las crisis y guerras en el mundo.