Galicia sigue sumando víctimas mortales por COVID-19. En las últimas veinticuatro horas se notificaron cinco decesos, por lo que el número de fallecidos desde el inicio de la pandemia asciende a 1.415 personas. Se trata de una mujer de 93 años que falleció en la residencia Santa Teresa de Jornet de A Coruña; un varón de 94 años y dos mujeres de 91 y 96, respectivamente, ingresados en el CHUS de Santiago, y un varón de 87 años que se encontraba en el Hospital Povisa de Vigo. Todos ellos tenían patologías previas, según informó el Servizo Galego de Saúde (Sergas).

En las últimas veinticuatro horas también se registró un aumento del número de hospitalizados por COVID-19, con 368 pacientes (14 más que la víspera) de los que 57 están en unidades de críticos (UCI). Una presión hospitalaria que crece pese al descenso del número de nuevos infectados notificado ayer por el Sergas. Una disminución de los nuevos contagios que llega tras una semana de incidencia al alza, y en víspera de la reunión del comité clínico de la Xunta, que hoy analizará si endurece o mantiene las restricciones de cara a las celebraciones que rodean el Día de Reyes.

Sobre un posible endurecimiento de las restricciones de cara a esa fecha, el titular de Sanidade, Julio García Comesaña, recordó ayer en la Cadena Ser que en las dos últimas reuniones del comité -—para ratificar el protocolo de Nochebuena y de Fin de Año— las cifras “no reflejaban un incremento importante y por eso se mantuvo el criterio” de flexibilizar la movilidad para reuniones familiares, pero ha insistido que “nunca se descarta nada”.

En este contexto, Comesaña reconoció que los datos preocupan “todas las veces que no bajan”, como ocurre en los últimos días, ya que Galicia se encuentra actualmente con una incidencia acumulada a 14 días de 190 positivos por 100.000 habitantes. “Estábamos a 183 el pasado martes. Efectivamente, eso es un incremento, pero es cierto que también aumenta en toda España, que está en 279”, añadió.

El titular de Sanidade no ve “especialmente malos” esas cifras y las achaca no solo a reencuentros familiares, sino también a las “circunstancias ambientales” del invierno, que aumenta las reuniones en espacios cerrados. Comesaña explicó que las decisiones que vaya a adoptar hoy el comité clínico no se basarán “únicamente en datos objetivos”, sino también en “lo que transmiten las jefaturas territoriales de cada provincia, las áreas sanitarias y los servicios de Medicina Preventiva” en cuanto a variables como la presión hospitalaria o el control de los brotes.

En cualquier caso, aunque el comité clínico pueda avalar una relajación de medidas para Reyes, Julio García Comesaña insistió en que la “clara” recomendación de la Consellería volverá a ser “pasar las fiestas con los núcleos de convivencia”.

Mil pruebas PCR menos

Las cifras en Galicia reflejan luces y sombras, mientras la tercera ola de la pandemia sobrevuela todo el país. Galicia tenía ayer casi un centenar de casos activos menos que el día anterior, 5.732. En las últimas veinticuatro horas se registraron 269 nuevos contagios, frente a los 412 del día anterior, con lo que se rompe la racha de cuatro días por encima de los 400 positivos. Unos datos esperanzadores, si bien hay que tener en cuenta que el número de pruebas PCR realizadas en la última jornada descendió notablemente: de más de 4.400 test realizados la víspera, se practicaron poco más de 3.300. El total de infectados, según cálculos de la Xunta, es de 5.732, un centenar menos que la víspera, que era de 5.833. Entre ellos figuran 241 personas vinculadas a residencias de personas mayores de diversos puntos de Galicia.

A nivel nacional, el COVID-19 se sigue extendiendo, a pesar de que los datos aún no reflejan los efectos de las celebraciones navideñas. Los retrasos en la vacunación generan inquietud y quejas en algunas comunidades autónomas mientras el foco sigue puesto en el aumento de los contagios en casi todos los territorios, aunque las cifras son especialmente preocupantes en Cataluña. El jefe de Enfermedades Infecciosas en el Hospital del Mar de Barcelona, Robert Güerri, advierte de que el incremento de casos ha generado una situación “preocupante” en los hospitales, que están descontrolados, y avisa de que si no se actúa con urgencia habrá que “priorizar” la atención a enfermos. Los datos de ayer reflejan que el riesgo de rebrote ha aumentado 54 puntos en las últimas 24 horas, con 1.483 nuevos infectados, y que ha subido la presión hospitalaria, un empeoramiento que podría llevar a aprobar restricciones adicionales, según Protección Civil de la Generalitat.

También se registra un aumento de casos notable en Andalucía, Castilla y León, Murcia, Aragón, Cantabria y el País Vasco, donde se confirma la tendencia al alza después de cinco días consecutivos del aumento de infectados y tras un descenso de la incidencia desde mediados de noviembre.

Una semana después del inicio de la campaña de vacunación contra la COVID en Galicia, que ya ha llegado a unas 9.500 personas, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, apeló ayer a la cautela porque “hay que mantener todas las medidas” de prevención. “Llevamos muy pocos gallegos vacunados. Hay que tener todavía mucho cuidado y seguir haciendo lo mismo que veníamos haciendo estos meses”, subrayó.

Los primeros en recibir las dosis son las casi 40.000 personas de las residencias de ancianos —contando usuarios y trabajadores—, una población que quedará cubierta entre enero y febrero a través de una cadencia de 18.000 vacunas que recibirá Galicia cada semana.

Pasado este grupo, el conselleiro de Sanidade explicó en una entrevista en la Cadena Ser que los siguientes serán los trabajadores sanitarios “de primera línea” contra la pandemia, tal y como está pautado en el plan del Sergas y del Ministerio.

Preguntado por las críticas del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, hacia el sistema de reparto de las vacunas de Pfizer que llegan a España, Comesaña recordó que “ya por dos veces” en el Consejo Interterritorial de Salud la Xunta insistió en que el criterio “tenía que ser adecuado” a la proporción de gente mayor de cada comunidad. “Cuando se aborde (en la campaña de vacunación) la población general mayor de 65 años, lógicamente tiene que ser por esa proporción, no por el número de habitantes de las comunidades. Tenemos el compromiso del Ministerio de tenerlo en cuenta en la propuesta final”, aseguró el conselleiro.

El titular de Sanidade apuntó, no obstante, que todavía es “difícil anticipar” cuándo habrá una inmunización generalizada de la población, ya que por ahora el ritmo de llegada de unidades de Pfizer-BioNTech es de 18.000 semanales y hay que reservar la mitad para la segunda dosis.

Unos 9.500 vacunados en la primera semana