Portugal está confinado y su Parlamento aprobó ayer “la limitación de los desplazamientos hacia el exterior de los ciudadanos portugueses o residentes extranjeros en Portugal” con el objetivo de contener la expansión desbocada del coronavirus, con lo que los pasos fronterizos con Galicia vuelven a restringirse. El Gobierno luso anunció ayer por la tarde que la frontera con España quedará cerrada a partir del domingo durante un plazo inicial de dos semanas, pues el país ha alcanzado niveles sin precedentes durante este mes. Con 11.305 fallecidos desde el inicio de la pandemia y 668.951 contagios —5.073 más que el martes pasado—, el ministro de Administración Interna, Eduardo Cabrita, anunció que durante los próximos quince días se limitará la salida de sus nacionales del territorio portugués por vía aérea, terrestre o fluvial, ante el descontrolado avance de la tercera ola del coronavirus, que dejó ayer nuevos récords diarios con 303 muertos y 16.432 nuevos contagios.

La ministra española de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, avanzó poco después que España y Portugal están viendo qué puestos fronterizos se cerrarán y cuales quedarán abiertos. “Se respetarán casos excepcionales de ciudadanos españoles y portugueses que crucen la frontera en cuanto a las restricciones de movilidad”, resumió Laya, quien explicó que Portugal ha propuesto a España la reintroducción de las restricciones temporales a la movilidad en la frontera, como ya se hizo anteriormente por “causas de fuerza mayor”, y ambos países trabajan para una “limitación pactada de común acuerdo”. Aclaró que si se reintroducen estas restricciones, afectarán tanto a los ciudadanos portugueses como a los españoles que viven en las zonas transfronterizas.

El país vecino vive momentos muy críticos. Decenas de ambulancias con enfermos COVID en su interior forman largas colas durante horas en las puertas de los hospitales, que no tienen capacidad para atenderles, mientras personal sanitario facilitan a estos trabajadores bocadillos y comida. Las morgues no dan abasto y el Gobierno alemán informó de que ha enviado un equipo médico a Portugal. Estos expertos analizan cómo prestar ayuda al país desde la Unión Europea para contener la pandemia, según informaciones de la agencia de noticias DPA. La revista Der Spiegel informa de que el Ejército habría planteado la construcción de un hospital de campaña, así como el envío de suministros médicos y el traslado de pacientes ingresados en las UCI a hospitales alemanes.

El temor a un cierre de la frontera entre Portugal y Galicia como el que se sufrió durante el confinamiento la pasada primavera, lleva a la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) del Río Miño a pedir “que se mantengan abiertos todos los pasos por carretera, principalmente los de las Eurociudades”, en el caso de que Portugal acabe cerrando sus fronteras.

El ministro de Administración Interna, Eduardo Cabrita, se refirió en el Parlamento a los desplazamientos de nacionales, sin mencionar en ningún momento un eventual cierre de fronteras. En todo caso, la AECT del Miño pide que no se repita “el error” de la primera ola de la pandemia, cuando se habilitó un solo paso y para casos excepcionales, el de Tui-Valença, en toda la provincia de Pontevedra.

El vicedirector de la AECT del Miño, Uxío Benítez, solicita que si al final cierra la frontera hispano lusa —la nueva prórroga del estado de emergencia vigente en Portugal aprobada ayer abre esta posibilidad—, que se habiliten los nueve pasos y se permita transitar por ellos a quienes viven o trabajan a ambos márgenes del río “con las medidas de control que sean necesarias”.

Recalca que la decisión adoptada ayer “pone en alerta” a los municipios transfronterizos, tras las “importantes problemáticas” generadas en primavera, en forma de colas y rodeos kilométricos para acudir a trabajar.