Dos equipos de científicos han creado en el laboratorio “estructuras similares” a embriones tempranos a partir de células humanas, unos modelos que permitirán ampliar los conocimientos sobre las primeras etapas del desarrollo, la aparición de problemas congénitos al comienzo de la vida o nuevas terapias para tratar la infertilidad. Ambos trabajos, presentados ayer en la revista Nature, abren ahora nuevas posibilidades en el campo de la embriología.

Recientemente, recordaron los autores en un encuentro virtual, se han generado, a partir de células de ratones, estructuras similares a los embriones de estos animales que se encuentran en la fase de blastocito —que ocurre unos 5 días después de su fertilización— y a las que llaman blastoides. Los citados blastoides de ratones permiten a los expertos replicar varios aspectos de su desarrollo temprano, pero presentan limitaciones para ahondar en el conocimiento sobre el inicio de la vida humana.

Aunque los blastocitos humanos obtenidos tras una fertilización in vitro han aportado a los investigadores, hasta la fecha, información valiosa, su disponibilidad y uso también son muy limitados, recuerdan.

Para superar estos obstáculos, el equipo liderado por el investigador argentino José Polo, de la Universidad Monash (Australia), ha generado, por primera vez, blastoides similares a los blastocitos con células humanas, lo que evitará así el uso de embriones naturales para llevar a cabo este tipo de estudios. En concreto, reprogramaron fibroblastos, el principal tipo de célula del tejido conectivo, para producir modelos de blastocitos humanos, a los que denominan iBlastoides(blastoides inducidos).

Después constataron que los iBlastoides son capaces de dar lugar a células madre que proveen nutrientes al embrión y se desarrolla como parte de la placenta.

El segundo estudio, dirigido por Jun Wu, de la Universidad de Texas Southwestern (EEUU), presenta el desarrollo de una estrategia de cultivos que permite generar estructuras similares a los blastocitos a partir de células madre, a las que han llamado “blastoides humanos”. Estos “conjuntos de células”, expone Wu, se asemejan a los blastocitos humanos en su morfología, tamaño, número de células y en la composición de linajes de células.

Los dos modelos descritos en Nature llegan a reproducir “aspectos clave” del desarrollo temprano, pero presentan diferencias respecto a los embriones humanos y, en consecuencia, advierten, no deben considerase como tales.

No obstante, dos expertos independientes, Yi Zheng y Jianping Fu, comentan en un artículo de análisis adjunto que, a medida que se optimizan los protocolos, estos blastoides llegarán a imitar con más precisión a los blastocitos humanos, lo que planteará cuestiones de carácter bioético.