Laura hace un año que no ve a sus amigos por temor a contagiar de coronavirus a su familia, Raúl sale de paseo sin problema pero no quiere saber nada de tomarse un café en un bar y Rosa aún siente angustia cuando tiene que ir a hacer la compra. Son tres ejemplos imaginarios, pero que responden al perfil de pacientes que reciben hoy en día muchos psicólogos gallegos en consulta. “La mayoría de personas que llegan con problemas vinculados a la pandemia tienen preocupaciones, síntomas de ansiedad por miedo al contagio o temor a salir de casa por este mismo motivo y más por contagiar a los demás que por sufrirlo ellos mismos”, explica el vocal de Psicoloxía e Saúde del Colexio de Psicoloxía de Galicia, Eduardo Martínez, quien, sin embargo, reconoce que no han apreciado un aumento o al menos “no significativo” de personas con fobias o trastornos obsesivos relacionados con la nueva normalidad de la pandemia, algo que algunos expertos preveían hace meses que iba a pasar.

Los psicólogos reconocen que el miedo es un sentimiento “normal” y “útil” para el ser humano. Es cuando no puede controlarse y limita a la hora de realizar ciertas tareas cotidianas cuando hay que consultar con un especialista. “Tener miedo es algo completamente normal y útil porque nos previene de una situación que puede ser peligrosa para nosotros. En una pandemia como la actual es esperable e incluso bueno tener cierta preocupación”, explica Martínez, quien reconoce que sin llegar a ser una fobia — “que definimos como un miedo extremadamente intenso que interfiere en la vida de la persona, en sus relaciones o en su trabajo”— sí hay personas a las que el miedo por la pandemia les impide recuperar ciertos hábitos de su vida anterior. “La mayoría consulta preocupaciones que al final son normales y les ayudamos a que entiendan que es así, pero también vemos otros casos en donde hay ciertos componentes fóbicos y ya sufren ciertas limitaciones: no se atreven tanto salir de casa, a relacionarse con los demás... Son como extremadamente temerosos ante esta situación”, señala.

¿Hay factores que predisponen a ser más temerosos en la desescalada? Pese a que este psicólogo gallego reconoce que esto “le puede pasar a cualquiera”, sí hay ciertas características que se pueden considerar “factores de riesgo”. “Si una persona ya tiene cierta sensibilidad a la ansiedad o ciertos trastornos de ansiedad previos seguramente tendrá mayor riesgo de sufrir más malestar en estas situaciones y también personas que son grupos de riesgo a nivel sanitario quizás tendrán una mayor susceptibilidad”, indica Martínez, quien reconoce que los pacientes que reciben los psicólogos con estos problemas llegan a través de dos vías: “Bien porque personas de su entorno notan que tienen ciertas dificultades para afrontar la pandemia y se animan a consultar o bien, lo más frecuente, es que sean ellos mismos los que son conscientes de que quieren cambiar su actitud pero no pueden debido al miedo”.

Una vez en terapia se les ayuda a volver a la nueva normalidad marcada por las restricciones y los protocolos antiCOVID, pero siempre de manera gradual. “No se trata de que quede, de repente, con todos sus amigos pero sí de darle pautas para que recupere poco a poco la vida social, por ejemplo”, indica Martínez, quien añade: “Debe ir asumiendo cada vez más libertad y retomar actividades de forma gradual, de forma que esté seguro, que tenga confianza en sí mismo porque hacerlo de forma radical” puede volverse en contra, asegura.

Eduardo Martínez.

Eduardo Martínez.

Eduardo Martínez  | Vocal del Colexio de Psicoloxía de Galicia

“La diferencia entre temor y fobia es que ésta interfiere y limita la vida de quien la sufre”

Pese a que hace justo un año, en pleno confinamiento, algunos expertos auguraban que la pandemia haría que se disparasen ciertas fobias —como el pánico a salir a la calle o a las grandes aglomeraciones— y los trastornos obsesivos compulsivos (muchas veces vinculados al miedo a contraer una enfermedad o con la limpieza extrema), los psicólogos gallegos aseguran que apenas han notado repunte ni de nuevos pacientes ni de ya diagnosticados cuyos síntomas hayan empeorado. “Si es que hay un incremento creo que no es importante estadísticamente o al menos, de momento, hasta que haya algún estudio, no parece que haya aumentado mucho”, indica el vocal de Psicoloxía e Saúde del Colexio de Psicoloxía de Galicia, Eduardo Martínez, quien reconoce eso sí que reciben a pacientes con miedo a retomar ciertas actividades por la pandemia y que algunos de ellos sí presentan ciertos elementos fóbicos que les limitan en su vida diaria.

Porque es eso, las limitaciones que provoca, lo que diferencia al miedo de una fobia. “La fobia es un miedo extremadamente intenso a algo y que nos limita e interfiere en la vida a nivel personal, de trabajo o en las relaciones”, indica este experto, quien asegura que las fobias más comunes son “a animales pequeños como insectos y roedores, a situaciones que pueden suponer un peligro vital o a las alturas”.

Tanto en las fobias como en los TOC se trabaja fundamentalmente con la terapia de exposición, es decir, “ayudar a que la persona se exponga a lo que le genera miedo, de forma gradual, para que no huya o escape siempre de ello”. “Hay que consensuar siempre el acercamiento que puede hacerse con imágenes, no con el objeto fóbico real, y respetar los ritmos del paciente. La mayoría tiene buen pronóstico y suelen terminar resolviéndose”, indica. “Todos tenemos pequeñas fobias pero si nos limitan a la hora de realizar ciertas cosas es cuando hay que consultar” , sostiene.