La exhumación del cuerpo de la joven viguesa Déborah Fernández, fijada para el 18 de mayo, se dirigirá a un doble objetivo, 19 años después del hallazgo del cadáver, en una cuneta del concello de O Rosal: uno será el de buscar la posible presencia de ADN bajo las uñas de la víctima a la luz de las técnicas actuales y, el otro, estudiar de forma concienzuda los huesos por si existe alguna microfractura que se hubiese podido pasar por alto en la primera autopsia y que fuese indicativa de la existencia de violencia.

Junto al jefe de Patología Forense de Vigo, que se encargará de este análisis, en el mismo participará también toda una eminencia en su campo, Fernando Serrulla, al frente de la Unidad de Antropología Forense de Galicia, con una dilatada trayectoria. Las identificaciones de los atentados del 11-M de Madrid o la autopsia de Diana Quer son solo algunos de los casos en los que colaboró.