Aunque para muchos la palabra neumonía se asocia a los casos más graves de COVID, esta infección aguda pulmonar ya existía antes de la pandemia y es la responsable de miles de muertes cada año y no solo en los países pobres. Galicia registra unas 600 muertes anuales por esta dolencia y la neumonía está entre las diez causas de mortalidad más frecuentes en España. Unas cifras elevadas pese a que, según los neumólogos, es una dolencia que puede prevenirse con buenos hábitos y sobre todo con la vacunación. Por ello, con motivo del día mundial contra esta dolencia que se celebraó ayer resaltan la importancia de inmunizarse, especialmente los grupos de riesgo. “La gente debe saber que es una patología que puede prevenirse mediante la vacunación antigripal porque se sabe que la gripe eleva el riesgo de tener neumonía y la vacuna del neumococo en grupos de riesgo como mayores de 60 años, personas con comorbilidades o los niños muy pequeños”, explica el presidente de la Sociedade Galega de Patoloxía Respiratoria (Sogapar), Alberto Fernández. Mismo mensaje que lanzan desde la Sociedad Española de Neumología (Separ), donde lamentan que solo el 22% de españoles que superan la edad de jubilación reciben esta vacuna.

La neumonía es una infección del pulmón, que afecta a los alveolos y que puede estar causada por bacterias, virus (como ocurre con el coronavirus), hongos u otros gérmenes. Los expertos recuerdan que hay varios tipos que no solo dependen de la causa sino que varían en función de la edad o incluso de la zona geográfica. “En niños son más frecuentes las neumonías víricas; hay la denominada neumonía del paciente inmunodeprimido que tiene sus propias características y la asociada a la legionella, por ejemplo, es más típica en zonas cálidas del Mediterráneo, aquí no son tan habituales”, señala Fernández, quien recuerda que “pese a que antes de la pandemia era algo casi desconocido para la gente que hablaba más de pulmonía”, lo cierto es que la neumonía “es algo frecuente” en las consultas y puede tener graves consecuencias.

En la mayoría de los casos, esta patología —que se caracteriza por presentar malestar general, fiebre, tos y opresión en el pecho pero sin la irritación de garganta o la mucosidad habitual en otros procesos respiratorios y que se diagnostica con una radiografía de tórax— suele resolverse de forma ambulatoria, “con antibióticos si se trata de la bacteriana”. Pero no está exenta de riesgos para los grupos más vulnerables. “Aquí, con nuestro sistema sanitario, es raro, excepcional que una persona sana joven fallezca por neumonía, solo es más grave y se precisa ingreso cuando se trata de personas muy mayores, con comorbilidades, que precisan oxígeno, etc,...”, explica este neumólogo gallego, quien recuerda que por ello es importante mantener a raya y controladas ciertas dolencias crónicas que conllevan más riesgo de sufrir esta infección respiratoria como “problemas cardiovasculares, la diabetes o la patología hepática crónica”. “Además es muy importante la higiene orofaringea para tener menos gérmenes en la boca y también se sabe que el tabaco y la neumonía van a de la mano”, añade para recordar que, una de las medidas claves de prevención es la vacunación tanto de la gripe como del neumococo. “Es importante que los adultos, sobre todo a partir de 65 años, tomen conciencia de la importancia de vacunarse frente a la neumonía, que puede ser grave e incluso mortal”, recuerdan desde la Separ, donde lamentan que mientras el 94,8% de los niños está vacunados ya que hay una mayor concienciación, la tasa cae al 22% entre los adultos. En la actualidad, en España hay dos vacunas —que protegen de 13 y 23 serotipos— a las que se añadirá próximamente una nueva frente a 20 serotipos.

Y precisamente en los países más pobres, donde la falta de acceso al tratamiento antibiótico hace que las vacunas sean claves para frenar esta enfermedad —que cada día causa la muerte de 2.000 niños en todo el mundo, según Unicef—, las tasas de vacunación descendieron en 2020 por primera vez en cuatro años debido a la pandemia que redujo este tipo de campañas, según alerta Save the Children. “La mortalidad en los países de ingresos bajos es hasta diez veces superior a la del resto del mundo. Es un drama que haya niños que mueren por no tener acceso a un tratamiento con antibióticos cuyo coste ronda los 15 o 20 euros”, sostiene Fernández.