Una joven de 26 años, temporera rumana que trabajaba en la campaña del ajo en la provincia de Córdoba, es la segunda víctima de la violencia machista este año en Andalucía y la número 15 en toda España, al ser asesinada presuntamente por su pareja, un hombre que fue detenido ayer en San Clemente (Cuenca).

El detenido, también rumano, de 30 años, acuchilló supuestamente a la joven en la madrugada del domingo en la localidad de Montemayor, de 3.800 habitantes, donde vecinos y representantes políticos se concentraron ayer para mostrar su rechazo a este crimen. Poco después de esta concentración, se conoció la detención en Cuenca del supuesto asesino, que se encontraba en paradero desconocido tras fugarse después de abandonar a la joven en la casa que compartía junto a varios familiares y temporeros rumanos a las afueras del casco urbano.

Según fuentes de la Guardia Civil, el arrestado había acuchillado a su pareja después de una discusión en la casa en la que vivían, donde no llevaban más de diez o doce días, según ha declarado a los periodistas el alcalde de Montemayor, Antonio García (IU). Tras la discusión, ambos se montaron en un coche y después, según la Guardia Civil, el sospechoso del crimen dejó a la joven herida mortalmente en las inmediaciones de la casa.

En un primer momento, la joven fue evacuada al Hospital Comarcal de Montilla, el centro hospitalario más cercano, y, en la mañana del domingo, ante la gravedad de las heridas y al empeorar su situación clínica, al Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, donde falleció sobre las 16.00 horas del domingo.

En algún momento no determinado de los hechos, el primo del agresor, de 15 años, resultó herido, aunque no necesitó hospitalización, y ahora se encuentra, junto a otros familiares, alojados por el Instituto Provincial de Bienestar Social de la Diputación de Córdoba en un hostal fuera de Montemayor a petición de la Guardia Civil.

Una de las líneas que desarrolla la Guardia Civil apunta a que alguna persona del entorno del supuesto agresor puede tener algún tipo de implicación en los hechos, por lo que no se descarta que se produzca alguna otra detención.

La víctima y su agresor tenían un hijo en común, que se encuentra en Rumanía, donde se había quedado tras la decisión de sus padres de acudir a la campaña del ajo en la campiña cordobesa.