“La persecución del proxenetismo en todas sus versiones es también nuestro objetivo y les animo para que no se dejen presionar por nada ni por nadie”. Con estas palabras, el PP ha transmitido al PSOE que será su compañero de viaje para aprobar su proposición de ley para castigar a todo aquel que obligue a otra persona a ejercer la prostitución. Los socialistas contarán con su principal rival para sacar adelante una de sus grandes batallas, que no sólo no comparten sino que rechazan sus socios de investidura.

Debate complejo el de la prostitución, sus señorías lo saben. Abolición versus regulación y todos los matices entre ellos. El feminismo lo aborda desde hace décadas sin alcanzar consensos, pero en el Congreso llevan meses enredados en él: primero por la tramitación de la ley de garantía integral de la libertad sexual —cuyo contenido sobre explotación sexual estuvo a punto de hacer— a naufragar, y ahora por la voluntad del PSOE de reformar el Código penal para castigar todo tipo de proxenetismo, la tercería locativa y multar a los puteros.

A ERC, PNV, JxCAT, Cs y la CUP les espanta esta fórmula de “abolicionismo punitivista”, ni siquiera en Unidas Podemos la ven con buenos ojos, particularmente En Comú Podem, como se volvió a evidenciar ayer en el Congreso, cuyo pleno debatió una enmienda a la totalidad del texto socialista presentada por la CUP. Los socios de la investidura consideran excesiva la postura del PSOE en lo penal a la vez que limitada en la garantía de los derechos de las mujeres que se encuentran en contextos de prostitución y peligrosa por el riesgo de situarlas en espacios de mayor vulnerabilidad y explotación.

El diputado Miguel Ángel Jerez aseguró: “No todo se puede comprar ni vender. (...) Este debate va de derechos humanos, de igualdad, de dignidad, de libertad sexual y de lucha contra el proxenetismo”. Desde el PSOE, la diputada Laura Berja contestó que el proxenetismo vulnera los derechos humanos y es una “aberración inasumible en democracia”, que la prostitución no es un trabajo pues “no hay relación laboral en la explotación sexual de las mujeres”.