Ötzi, el ‘hombre del hielo’ asesinado hace 5.000 años en los Alpes, era calvo y tenía los ojos marrones y la piel oscura

Su cuerpo había sido hallado en la cañada de un glaciar alpino en 1991

Investigadores analizan el cuerpo momificado de Ötzi.

Investigadores analizan el cuerpo momificado de Ötzi. / valentina raffio

valentina raffio

Mucho se ha escrito sobre Ötzi, el hombre del hielo que murió asesinado en los Alpes hace más de 5.000 años y cuya momia ha sobrevivido hasta nuestros días. Su cuerpo fue hallado en la cañada de un glaciar alpino en septiembre de 1991. En un primer momento se creyó que se trataba de un montañero que había muerto recientemente pero, tras exhaustivos análisis, se descubrió que se trataba de un hombre que vivió hace más de cinco milenios. ¿Pero cómo era realmente este individuo? ¿Qué aspecto tenía este misterioso ser? El análisis más detallado hasta la fecha de sus genes desvela que Ötzi era calvo, de piel oscura y ojos marrones.

Hasta ahora, las reconstrucciones del hombre de hielo siempre lo habían dibujado como un ser corpulento, de piel clara y cuerpo peludo. Pero según desvela un nuevo estudio de sus genes, que acaba de ser publicado en la revista científica Cell Genomics, Ötzi tenía una piel con alta pigmentación, unos ojos oscuros y ni un solo pelo en la cabeza. “Es probable que las primeras reconstrucciones del hombre de hielo estén sesgadas por nuestra concepción preconcebida de cómo debía ser un humano de la edad de piedra en Europa. Pero tras este análisis sabemos que Ötzi se parecía más a la momia que ha llegado hasta nuestros días que no a las reconstrucciones que se han hecho de él”, explican los investigadores del Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology que han liderado este último análisis.

Estudios anteriores también habían desvelado que Ötzi, que falleció a los 46 años mientras deambulaba por los Alpes, medía alrededor de 1,60 de altura, pesaba cerca de 50 kilos y tenía más de sesenta tatuajes en su cuerpo. Estas marcas, en su mayoría en forma de cruz o líneas paralelas, recubrían sus rodillas, tobillos y la parte baja de la espalda. Su forma y su posición indican que probablemente no eran marcas decorativas sino más bien parte de un ritual médico para tratar el dolor. Algunos estudios apuntan a que padecía varias enfermedades crónicas, problemas estomacales causados por bacterias así como ataques de artritis.

Cinco milenios después de su muerte, el estudio del cadáver momificado Ötzi sigue desvelando detalles inéditos sobre cómo fue su vida. Se cree que vivió alrededor del año 3.200 antes de Cristo en la zona ahora conocida como Val Venosta, en la frontera entre Italia y Francia. Un análisis del polen hallado en su ropaje, así como en los arsenales que llevaba consigo el día de su muerte, apuntan a que murió entre finales de primavera y principios de verano. El hallazgo de restos de espigas de trigo también indica que este hombre de hielo podría haberse dedicado a la agricultura o a la ganadería. Por eso también se conoce como el pastor del Neolítico.