Galicia insta al Gobierno a mantener la ABAU actual y dar certezas al alumnado

La Xunta urge paralizar una reforma que entiende que no garantiza la igualdad

Alumnos en la ABAU. |   // GUSTAVO SANTOS

Alumnos en la ABAU. | // GUSTAVO SANTOS / C. Villar

C. Villar

Este año, solo en el primer plazo de matrícula, colgaron ya el cartel de completo 70 carreras en Galicia y, en el 80 por ciento de los casos, a los candidatos no les bastó con un 10 para acceder. Lograr la plaza deseada implica un esfuerzo en Bachillerato, cuyo expediente es determinante, pero también es “vital” el desempeño en selectividad, por eso muchos docentes opinan que 2º de Bachillerato es un curso duro para los jóvenes. Y peor aún, avisa la Xunta, si viene con incertidumbres como el ignorar a dos semanas de que este alumnado inicie las clases el formato que adoptará la prueba de la ABAU, pendiente de una reforma que quedó congelada por las elecciones a la espera de que el nuevo gobierno que saliese de las urnas.

El Ejecutivo central aún no se ha conformado y, mientras tanto, el tiempo pasa y el nuevo curso está ya a las puertas y la Xunta urge a dejar la prueba de momento como está para dar “certezas” a estudiantes, padres y profesorado en un año “tan importante” en la “vida” de los alumnos. “La situación política no puede ser una excusa ni perjudicar a los estudiantes”, argumenta el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, quien ha remitido una carta a la ministra de Educación en funciones, Pilar Alegría, a través de la que “el Gobierno gallego reclama que se paralice la reforma y que este curso la ABAU se desarrolle con el mismo modelo de los últimos años”. Así lo explican desde la Xunta en un comunicado en el abogan por paralizar la implantación del nuevo modelo de prueba —que iba a estrenarse en junio de 2024— con el argumento de que es “inadmisible” que a punto de comenzar las clases el alumnado de 2º de Bachillerato, unos 12.000 alumnos, inciden, no sepa cómo van a ser las pruebas que dirimirán su futuro “ni cómo prepararlas”.

La reforma que promueve el Gobierno central, ahora en funciones, impulsa un examen más competencial y eso supone cambios en la forma de enseñar y de aprender. De ahí que la Xunta entienda que lo “recomendable” es detener la implantación de la reforma y aguantar por ahora el sistema que ya conoce la comunidad educativa y que ha servido durante toda la etapa pospandemia, con más optatividad.

La Consellería de Educación ha manifestado de forma reiterada su apuesta por aplazar la reforma, como ahora —lo mismo que todas las universidades españolas— y su rechazo a la modificación de la ABAU tal y como fue planteada desde el Ministerio. En ese sentido, Román Rodríguez insiste en que se trata de una reforma que arrancó “mal formulada” por parte del Ejecutivo central, que se sumió en un proceso de “rectificaciones permanentes y ahora se encuentra en un túnel sin salida”. A las “dificultades” ya derivadas de su calendario de implantación, añade la Xunta, se “suma ahora que desde el adelanto electoral no hubo avances” y están sin aprobar el real decreto y la orden que desarrolla el nuevo examen.

Cuando Educación asegura que la reforma fue “mal diseñada desde el inicio”, pone el foco en que “no resuelve” lo que a su juicio es el “principal problema” del sistema actual y que sería preciso “atajar”, que es la “desigualdad” entre el alumnado de distintas autonomías, un frente en el que Galicia lleva años luchando con el objetivo de un examen “único y con el mismo nivel de exigencia” y de criterios de corrección. Por el contrario, sostiene, lo que hizo el Gobierno central es “crear confusión” y “reducir el nivel” de las pruebas. “Queremos minimizar las incertidumbres, fijar unos criterios mínimos, y le pedimos al Gobierno que, ya que no resuelve los problemas de base que existen en la actual ABAU, por lo menos que no los incremente”, indica Rodríguez, quien insta a paralizar la reforma en vez de “a mitad” de curso plantear unas “nuevas normas que compliquen la función docente y el trabajo” del alumnado.