Libros un 4% más caros y cuadernos casi un 13%: así empieza la vuelta al cole más cara de la historia

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lo advirtió hace unas semanas: esta va a ser la ‘vuelta al cole’ más cara de la historia. Se basaba, esta asociación, en que ya lo fue la del año pasado y en que en 2023 todo ha seguido encareciéndose, con lo que, además, el poder adquisitivo de quien compra, es todavía más justo. Ahora, la entidad ha concretado la cifra: en el arranque de curso 2023-2024, una familia va a tener que pagar de media unos 530 euros por hijo, entre material, matrículas y comedor.

Según los últimos datos que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE), referidos al mes de julio, buena parte de este incremento responde a los productos. Los libros de texto se han encarecido un 4,6% en un año, el aumento más elevado desde el verano de 2009. La categoría lleva además instalada en estas tasas de crecimiento todo el año. En general, los productos de papel cuestan un 12,7% más que en julio del año pasado, cuando ya habían incrementado su precio un 23%. Y la categoría que agrupa al resto de artículos de papelería y el material de dibujo, un 6,2%, todavía más de lo que lo hacía en julio de 2022.

De todos modos, de nuevo según información del INE, también la educación infantil se ha encarecido un 1,3%; la primaria, un 4,5%; y la secundaria, un 3,1%. En los tres casos suponen incrementos de precio mayores a los del año pasado, a los del anterior y, en general, a lo que era habitual antes de la pandemia en estas fechas del año.

Por último, el servicio de comedor cuesta un 3,4% más, una tasa que se disparó en septiembre del año pasado tras años instalada en torno al 1% y que tampoco se anotaba desde 2009. Sin embargo, suele ser en septiembre que sube este indicador, con lo que probablemente el incremento de precio sea aún mayor. 

El mercado del material de segunda mano se ha disparado un 70%

En la práctica, lo que quieren decir todos estos porcentajes es que un lote de cinco libros de texto que el año pasado salía por 125 euros, este año, a estas alturas, tendría que costar algo más de 130 euros. Un paquete de 100 folios que se situara en los 5 euros, hoy cuesta casi 6. Y una agenda escolar que rondara los 20, está ya cerca de los 21,5 euros.

En total, entre eso, bolígrafos, rotuladores, zapatos, chándals, polos y pantalones, entre otras muchas cosas, la OCU calcula que el gasto medio por alumno estará en torno a los 530 euros, una cifra que asciende a los 2.189 euros al ampliar la mirada para hacerla anual y al sumar matrículas, cuotas del colegio, extraescolares o el comedor. Más gravosa es la situación en Madrid o Cataluña, las comunidades donde la vuelta al cole es aún más cara: 2904 euros de media por hijo pagarán las familias madrileñas. Las catalanas, 2.728 euros.

Estas cifras pueden variar en función del nivel de estudios y, sobre todo, del tipo de centro escolar. El tipo de centro al que se acuda es lo más decisivo: según esto el gasto anual puede ser de 1.060 euros por hijo en un centro público a más de 7.000 de media en un centro privado. Entre ambos extremos están los que van a un centro concertado, donde de media gastan 3.045 euros.

¿Qué hay detrás de las subidas?

“Aquí hay de todo, desde el coste de las primeras materias (el papel, por ejemplo, ha subido mucho, pero también los químicos y plásticos que hay detrás de bolígrafos y rotuladores), hasta el del transporte, la energía e incluso los salarios”, apunta el economista y secretario técnico del Col·legi d’Economistes de Catalunya, Àngel Hermosilla. “Todo esto es una suma de subidas de precio que hacen que el producto suba más de lo que subía hace cinco años”, explica el experto, dejando claro que este tipo de productos ya suelen encarecerse en esta época del año, porque es cuando las familias vuelven de vacaciones y se ponen a comprar.

Es en buena medida por el contexto y por el gasto que supone el verano, que, en un año normal, la ‘Vuelta al cole’ ya es un reto casi equiparable al de la ‘Cuesta de enero’, pero este año se agrava, reconoce Hermosilla, por la inflación. “Hay gente que ahorró mucho durante la pandemia y ha ido tirando, pero estamos en una situación en que esto se ha agotado, que viene septiembre, que el Índice de Precios de Consumo (IPC) coloca el precio de los alimentos un 10% más alto…”, enumera el economista.

Créditos y segunda mano

De ahí que crezcan también los créditos pedidos por esta razón: la empresa de intermediación financiera Finanzate asegura que el capital solicitado se ha incrementado casi un 30% en los últimos tres años. “Esta cifra revela la magnitud de la presión financiera que las familias enfrentan en su esfuerzo por asegurar que sus hijos cuenten con los recursos necesarios para tener éxito en su educación”, subrayan los responsables de estos datos en un comunicado. A modo de referencia, el Informe Europeo de Pagos de Consumidores de la empresa de gestión de créditos Intrum apunta que el 83% de los padres en España reconoce haber pedido dinero prestado o haber superado el límite de su tarjeta de crédito para comprar artículos para sus hijos o hijas. Son el 77%, en Cataluña. Una vía que se entiende si se tiene en cuenta que tres de cada cuatro familias viven al día, según datos de la OCU.

Así, ante lo mucho que se complica este escenario en 2023, no es raro que el mercado de la segunda mano se haya disparado un 70% este verano, según datos que ofrece el economista Àngel Hermosilla. “La gente busca alternativas al libro nuevo: ya sea comprar ahora lo estrictamente necesario esperando buscar el resto en una fase de subida más moderada o explorar fórmulas de consumo colaborativo”, indica.

El portal de compraventa de segunda mano Milanuncios afirma que la demanda de libros de texto ya utilizados se ha más que duplicado (+166%) entre junio y agosto, un porcentaje que es incluso algo mayor (+169%) en Cataluña, tercera autonomía con más demanda, después de Madrid y Andalucía. "Si esto se estiende, es posible que los fabricantes de libros de texto o de ropa escolar se tengan que replantear los precios", apunta Hermosilla. "Esta no es una situación fácil para nadie, tampoco para aquellos que tendrán que cambiar su modelo", concluye.