Reunión histórica

Menos jerárquica y más diversa: el Vaticano inicia el sínodo que adaptará la Iglesia al siglo XXI

Papa Francisco.

Papa Francisco. / EFE

Irene Savio

El Vaticano inaugurará el próximo 4 de octubre un sínodo dedicado a la 'sinodalidad', palabra que remite a dos términos griegos: 'syn' (juntos) y 'hodos' (camino). Desde el Concilio del Vaticano Segundo, los sínodos han sido reuniones que se convocan para que los obispos debatan durante algunas semanas con el fin de avanzar en la 'puesta al día' de la Iglesia católica. Después, sus posturas son presentadas al Papaquien toma la decisión final. Sin embargo, esta vez, incluso antes de que empiece, ya se sabe que pasará a la historia por ser el encuentro en el que, después de siglos de machismo y clericalismo en la Iglesia, participarán también mujeres y laicos con derecho al voto. Una novedad absoluta.

Francisco entiende que el aperturismo del cónclave puede ser su gran legado papal

A primera vista, esto es lo más llamativo de este sínodo que se celebrará hasta el 29 de octubre y que este sábado empieza a calentar motores con una misa. Pero no es el único elemento de importancia, porque el encuentro de los 464 participantes (de los cuales 365 tienen derecho a voz y voto, entre ellos 54 mujeres) que han llegado a Roma arrancará con otra gran novedad. Y es que este encuentro supone el primer gran impulso (una segunda reunión de este sínodo se celebrará en 2024) del intento de Francisco de abrir la toma de decisiones de la Iglesia para transformarla en una estructura más horizontal. Un cambio trascendental, una especie de legado o testamento del Papa argentino, para una institución que durante siglos ha tenido una jerarquía muy rígida, con Roma como centro neurálgico de un orbe católico que integran los 1.200 millones de católicos actuales.

El preámbulo de la reunión lo pone en evidencia. Francisco ha querido que el sínodo cuente con tres etapas. La que ahora empieza es la última, conocida como universal, ya que involucra a todo el mundo. Las dos primeras -la fase continental y la diocesana- arrancaron en 2021 e incluyeron un inédito formulario en el que se preguntó a las bases (fieles y sacerdotes locales) cuáles son, en su opinión, los temas más importantes sobre los que la Iglesia debe debatir para avanzar. Con toda esa información, se elaboró el 'Instrumentum laboris' o documento de trabajo, presentado antes del verano y en el que figuran los argumentos que se debatirán este octubre.

Una Iglesia inclusiva

El mensaje de Francisco es claro. Lo que se busca es la "unidad en la diversidad". Lo ha repetido en diversos contextos y resume el anhelo del Papa argentino para una Iglesia del futuro más inclusiva. Por eso tampoco es sorprendente que, también gracias al reclamo de progreso de la rama germánica del catolicismo (ahora mismo, una de las más ricas y progresistas), el 'Instrumentum laboris' incluya cuestiones que ponen en entredicho la estructura tradicional de la Iglesia, ya desvirtuada 'de facto', subrayan los progresistas, en muchas partes, y no solo en Europa.

El acceso de las mujeres al diaconado y la inclusión de la comunidad LGTBIQ+, los divorciados que vuelven a casarse y los hombres casados que quieren ser curas, temas a debatir

Testimonio de ello es el debate sobre el acceso de las mujeres al diaconado (el paso previo a ser curas), que en la actualidad no está permitido aunque en muchas iglesias ellas ejerzan, en la práctica, como tales, debido también a la escasez de hombres disponibles. Lo mismo ocurre con los temas de los divorciados que se vuelven a casar, las familias polígamas (sobre todo en África), los hombres casados que quieren ser curas o la inclusión de la comunidad LGBTQ+.

Las posturas que salgan de la reunión serán presentadas al Papa, que tomará la decisión final

“¿Qué medidas concretas son necesarias para llegar a las personas que se sienten excluidas de la Iglesia (por ejemplo, divorciados que se vuelven a casar, personas en matrimonios polígamos, personas LGBTQ+, etcétera)?”. Preguntas muy pragmáticas como esta, incluidas en el 'Instrumentum laboris', serán la guía base de los debates en los grupos de trabajo que se formarán durante la reunión. La mayúscula tarea de los asistentes será encontrar respuestas consensuadas que reflejen las diferentes sensibilidades.

Los progresistas, eufóricos

Respuestas que también podrían ser una bomba para las relaciones con otras ramas del cristianismo, donde algunas de estas cuestiones se han resuelto hace tiempo. Los ortodoxos, por ejemplo, permiten el matrimonio a los sacerdotes que no desean ascender en la jerarquía. Los luteranos, en cambio, han permitido la ordenación de mujeres como sacerdotes desde 1958, y en algunos países, como Suecia, actualmente hay más sacerdotes mujeres que hombres de esta confesión.

En este contexto, la expectación dentro del sector progresista es máxima. Tanto que los cronistas que se ocupan de la información sobre el Papa han recibido en los últimos días un verdadero diluvio de análisis y comunicados sobre todos los eventos que se desarrollarán paralelamente a la reunión. Sin embargo, todo ello no significa que no vaya a haber resistencias. Por el contrario, nunca como en los últimos meses, las voces conservadoras se han alzado contra cualquier apertura.