La empresa de ChatGPT acusa de ocultar información a su fundador tras despedirlo

El cese se interpreta como una victoria de la rama que prioriza la ética

Sam Altman.   | // REUTERS

Sam Altman. | // REUTERS / carles planas bou

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Crisis mayúscula en OpenAI, la compañía que creó el popular ChatGPT. A última hora del viernes, la junta directiva anunció por sorpresa el fulminante despido de Sam Altman, cofundador y consejero delegado de la startup financiada por Microsoft que se ha convertido en líder del emergente sector de la inteligencia artificial (IA). En un breve y duro comunicado, el consejo de administración de OpenAI aseguró haber perdido la confianza en Altman, a quien acusa de haber ocultado información. “La salida del señor Altman sigue un proceso de revisión deliberativa por parte de la junta, que concluyó que no fue consistentemente sincero en sus comunicaciones con la junta, obstaculizando su capacidad para ejercer sus responsabilidades”, reza la publicación en su blog corporativo. “La junta ya no confía en su capacidad para seguir liderando OpenAI”.

Altman había sido hasta ahora la cara visible de una compañía que, en poco más de un año, ha pasado de ser desconocida para el gran público a rondar una valoración de 90.000 millones de dólares. “Hoy ha sido una experiencia extraña en muchos sentidos”, respondió en un mensaje en X, la red social anteriormente conocida como Twitter. “Pero uno inesperado es que ha sido algo así como leer tu propio panegírico mientras sigues vivo”. Su sucesor será Mira Murati, ingeniera albanesa de 35 años que hasta ahora ejercía como directora de tecnología de la compañía y quien ha liderado el desarrollo de ChatGPT. El despido de Altman no es la única baja sensible En su comunicado, OpenAI también señaló que su cofundador, Greg Brockman, dimitía como presidente del consejo “en base a las noticias de hoy”, aunque seguirá dentro de la empresa.

La junta directiva de OpenAI no ha dado más explicaciones sobre los motivos que hay detrás de ese golpe, pero la prensa tecnológica apunta a un conflicto interno entre quienes pretendían acelerar el lanzamiento de herramientas de IA para aprovechar el meteórico éxito de ChatGPT, capitaneados por Altman, y quienes veían con preocupación esa velocidad. “Los miembros del consejo que han votado en contra de Altman consideraron que quería hacer lo que le daba la gana”, apunta la periodista Kara Swisher. El despido de su líder más mediático supondría un revés para quienes querían impulsar el beneficio a costa de un potencial impacto social negativo y una victoria para la rama que prioriza un despliegue ético y seguro de la tecnología. En el bando ganador estaría Ilya Sutskever, también cofundador.