Javier Zarzuela | Docente jubilado y autor de ‘Stop TIC Infancia. Por qué desdigitalizar la escuela’

“Es un disparate que no se haya evaluado el efecto de la digitalización en el aprendizaje”

“El último PISA insiste en que hay una bajada de puntuación en ciencias, matemáticas o lectura que tiene que ver con la exposición de los niños a las pantallas”

Javier Zarzuela.   | // L. O.

Javier Zarzuela. | // L. O. / Mateo G. Triñanes

Mateo G. Triñanes

Nacido en Madrid y con 37 años de experiencia como profesor, Javier Zarzuela Aragón vivió los inicios de la digitalización escolar con entusiasmo, pero pronto se dio cuenta de que no había leído la letra pequeña. Tras el lanzamiento de su libro, Anpas de todo el Estado le reclaman para dar charlas sobre los peligros de los dispositivos móviles en los más jóvenes y los riesgos de la educación digital. Esta semana recala en Galicia.

En los últimos meses algunas familias han puesto sobre la mesa la necesidad de legislar la edad de acceso a un dispositivo móvil o al menos impedir su utilización en los centros escolares. En Galicia ya no está permitido usar el móvil en clases desde 2015 y ahora se acaba de ampliar esta prohibición a los recreos, el comedor o las extraescolares. ¿Es posible poner puertas al campo como defiende la ministra Pilar Alegría?

Es necesario y fundamental. Estamos en un momento crítico para la adolescencia. Todos los índices que se están midiendo con relación al aprendizaje y a la salud mental de los adolescentes así lo indican. Es cierto que es muy difícil, como dice Pilar Alegría. Por eso también es necesaria la coordinación de las familias.

¿Pactos familiares, no?

Exactamente. Es la única forma de sortear la presión que se va a sufrir por parte del entorno y de sus propios hijos, que no van a comprender que se les castigue individualmente con respecto a sus compañeros. De modo que, si existe un entorno en que hay amigos, familiares, vecinos cuyos niños y jóvenes tampoco tienen o usan el móvil, será más fácil. La pelota ahora mismo, en ese sentido, está en el tejado de las propias familias.

De hecho, se viene solicitando una prohibición, cuando al final son las familias quienes ponen en mano de sus hijos un móvil en edades que no son las apropiadas. ¿Existe un desconocimiento de los peligros que puede suponer?

Sí, hay un desconocimiento muy grande porque de alguna manera se ha valorado de una forma acrítica todo el tema de la digitalización y es un proceso que va mucho más rápido de lo que podemos asimilar las personas. Además los adultos somos cada vez más dependientes y más adictos al móvil, lo que hace todavía más difícil reconocer cuáles son las consecuencias de su uso para nuestros hijos. Hace poco leí un estudio que decía que los padres pasan más tiempo delante de la pantalla que con sus propios hijos. Es tremendo.

¿Es la solución prohibir los smartphones?

Mira, existe un problema tan serio de adicción en niños y jóvenes que sí, la prohibición es procedente y además efectiva porque se daría en un ámbito cerrado como el colegio o el instituto y en un horario. Creo que al final, incluso, la sociedad lo acabaría agradeciendo. Cuando yo era niño profesores y alumnos fumaban en el instituto y ahora nos parece algo increíble. Otra cosa es una prohibición del móvil a nivel familiar, que considero que sería absurda si no existe un pacto con otras familias como comentaba antes.

¿Cuál considera que es la edad adecuada para que ese dispositivo llegue a las manos de un menor?

Todos los expertos recomiendan retrasarlo al máximo. Tenemos que tener en cuenta que son edades en las que se forman el pensamiento y las estructuras lógicas del lenguaje y del conocimiento. Y después de la adolescencia, es decir, un joven de 16 años ya tiene las estructuras formadas y capacidad crítica.

En Galicia, uno de los motivos de queja sobre el programa E-Dixgal tiene que ver con el aumento de la burocracia para los padres. ¿Es este el enfoque adecuado?

Bueno, ese es uno de los aspectos más problemáticos de la digitalización de la vida escolar, porque la burocratización no afecta únicamente a las familias sino también a los profesores. El uso de las plataformas digitales conllevan un esfuerzo y un empleo de tiempo que al final se resta de la atención directa a los alumnos o indirecta también, es decir, a la preparación de clases, de recursos, etc. La presión es asfixiante y en el caso de las familias se les obliga a tener que estar pendiente del móvil para conocer las notas de sus hijos, pedir entrevistas a los profesores o recibir y dar comentarios. O sea, si lo que estoy fomentando es que las familias estén cada vez más pegadas a las pantallas, cuando lo que interesa es que estén más pegadas a los hijos y a sus necesidades, vamos en dirección contraria.

Sindicatos y confederaciones de Anpas defienden que apartando la digitalización de la escuela se estaría retirando de la educación un aspecto fundamental, dada la sociedad en la que vivimos...

Existe esa creencia de que un futuro profesional digital tiene que partir de la digitalización y del aprendizaje en la primera infancia, pero es un error. Es un axioma que se ha demostrado irreflexivo y erróneo, absolutamente. La Universidad de Grenoble, en Francia, establece claramente que el pensamiento computacional se ve perjudicado por la exposición, o sea, por el uso de dispositivos digitales en edades tempranas. Si queremos niños que tengan esas capacidades para en su día poder manejar e incluso programar, tenemos que evitar los dispositivos digitales porque afectan al razonamiento y sobre todo a la atención. Es decir, una de las características de las pantallas es que tienen un factor distractivo.

En España en general, y en Galicia en particular, existe una falta de estudios y análisis sobre los resultados de la implantación de la digitalización escolar.

Los informes internacionales, como los informes PISA, estudios de neurolingüistas, de expertos y de equipos de investigación como los del instituto Karolinska y la Sociedad de Pediatría en Suecia apuntan todos en la misma dirección. Y es que la exposición de niños y jóvenes a dispositivos digitales en entornos escolares perjudica el aprendizaje. Por ejemplo, el último PISA insiste en que hay una bajada clarísima de puntuación en aspectos como ciencias, matemáticas o lengua que tiene que ver con la exposición de los niños a las pantallas, y esto ha sido así desde los primeros informes en el año 2006. En España ningún plan digital de los aproximadamente doce que se han desarrollado desde el año 1994 ha sido evaluado jamás por la inspección. Es un disparate que no se evalúen los efectos sobre el aprendizaje.

Más si cabe con planes que a nivel económico son muy costosos...

Efectivamente, son programas millonarios con un nivel de gasto brutal que se lleva a cabo a costa de reducir otras inversiones. En los años 90 se dotaba a los colegios cuando había un aula nueva con unos materiales buenísimos: guitarras españolas, microscopios, material de laboratorio... A raíz de que se empezó a derivar el presupuesto hacia dispositivos digitales ese material empezó a desaparecer.

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